Fuera de lugar, y II.


Algunos detalles más sobre el libro de Víctor Moreno.En los dos primeros capítulos, los que más me han gustado, su habla de la vocación de escritor y de qué papel juegan la felicidad, la inteligencia, la paciencia o la presión social. La vida literaria, corregir, el gusto por la palabra, las influencias.Luego vienen dos capítulos demoledores sobre escritores y críticos, con nombre, apellidos y multitud de citas. Se llevan la palma Javier Marías, Muñoz Molina y Juan Manuel de Prada, pero la nómina de defenestrados es interminable. Muy certero su análisis de la vaciedad adjetival de tantas reseñas cuando señalan que un libro es único, importante, personal, auténtico, profundo, sabio, literario, íntimo, conmovedor, enorme o independiente. Y también es útil y esclarecedor el capítulo de conceptos muy manidos pero no siempre bien utilizados: verosimilitud, intertextualidad o renovación literaria.Si me da tiempo, otro día les copiaré algunas citas.

Elitismo

Publicar un libro es hablar en la mesa en presencia de los criados.
Henri Montherlant
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Yo no busco un gran número de lectores, sino un cierto número de relectores.
Juan Goytisolo
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En realidad, el escritor no necesita más lectores que los pocos que comprenden. Es inmodesto y codicioso querer más.
Gore Vidal

Curioso. Siempre dicen cosas parecidas los escritores poco importantes. Creen que hay pocos lectores a su altura. ¿No será más bien que no tienen algo demasiado interesante que ofrecer que conecte realmente con los lectores?

El arte, según Tolstoi

«¿Qué es, pues, el arte, considerado fuera de esa concepción de la belleza que sólo sirve para embrollar inútilmente el problema? Las únicas definiciones del arte que demuestran un esfuerzo para substraerse a esa concepción de la belleza, son las siguientes:

1º según Schiller, Darwin y Spencer, el arte es una actividad que tienen hasta los animales y que resulta del instinto sexual y del instinto de los juegos;

2º según Verón, el arte es la manifestación externa de emociones internas, producida por medio de líneas, de colores, de movimientos, de sonidos o de palabras;

3º según Sully, el arte es la producción de un objeto permanente o de una acción pasajera, propias para procurar a su productor un goce activo y hacer nacer una impresión agradable en cierto número de espectadores o de oyentes, dejando aparte toda consideración de utilidad práctica.

Aunque superiores a las definiciones metafísicas que fundan el arte sobre la belleza, estas tres definiciones tampoco son exactas.

La primera es inexacta porque, en vez de ocuparse de la actividad artística propiamente dicha, sólo trata de los orígenes de esta actividad. La adición propuesta por Grant Allen también es inexacta, porque la excitación nerviosa que cita se manifiesta en otras formas de actividad humana, además de la actividad artística, y esto es lo que ha producido el error de las nuevas teorías estéticas, elevando al linaje de arte la confección de hermosos vestidos, de suaves perfumes o de guisos agradables.

La definición de Verón, según la cual el arte expresa las emociones, es inexacta porque un hombre puede expresar sus emociones por medio de líneas, de sonidos, de colores o de palabras, sin que su expresión obre sobre otros; y en tal caso, no sería nunca una expresión artística.

La de Sully es inexacta porque se extiende desde los ejercicios acrobáticos al arte, mientras hay, por el contrario, productos que pueden ser arte sin dar sensaciones agradables a su productor ni al público; así ocurre con las escenas patéticas o dolorosas de un poema o de un drama.

La inexactitud de todas estas afirmaciones procede de que todas, sin excepción, lo mismo que las metafísicas, cuidan sólo del placer que el arte puede producir, y no del papel que puede y debe desempeñar en la vida del hombre y de la humanidad.

Para dar la definición correcta del arte, es pues, innecesario ante todo, cesar de ver en él un manantial de placer, y considerarle como una de las condiciones de la vida humana. Si se considera así, se advierte que el arte es uno de los medios de comunicación entre los hombres.

Toda obra de arte pone en relación el hombre a quien se dirige con el que la produjo, y con todos los hombres que simultánea, anterior o posteriormente, reciben impresión de ella. La palabra que transmite los pensamientos de los hombres, es un lazo de unión entre ellos; lo mismo le ocurre al arte. Lo que le distingue de la palabra es que ésta le sirve al hombre para transmitir a otros sus pensamientos, mientras que, por medio del arte, solo le transmite sus sentimientos y emociones. La transmisión se opera del modo siguiente:

Un hombre cualquiera es capaz de experimentar todos los sentimientos humanos, aunque no sea capaz de expresarlos todos. Pero basta que otro hombre los exprese ante él, para que enseguida los experimente él mismo, aun cuando no los haya experimentado jamás.

Para tomar el ejemplo más sencillo, si un hombre ríe, el hombre que le escucha reír, se siente alegre; si un hombre llora, el que lo ve llorar, se entristece. Si un hombre se irrita o excita, otro hombre, el que lo ve, cae en un estado análogo. Por sus movimientos o por el sonido de su voz expresa un hombre su valor, su resignación, su tristeza; y estos sentimientos se transmiten a los que le ven o le oyen. Un hombre expresa su padecimiento por medio de suspiros y sonidos, y su dolor se transmite a los que la escuchan. Lo propio ocurre con otros mil sentimientos.»

[Fuente: Boletín Escritores en Red]