Lo que el día debe a la noche

El otoño pasado en Francia vendió 125.000 ejemplares, premio de la revista Lire al mejor libro del año. Mohammed Moulessehoul (1955) es un ex comandante del ejército argelino que vive actualmente en Francia. Bajo el seudónimo de Khadra lleva escritos unos veinte libros. Lo que el día debe a la noche no se cuenta entre los mejores. Las historias de Khadra están muy pegadas al terreno político-religioso-social del mundo árabe y musulmán, una especie de literatura testimonial que se fija en dramas personales para denunciar los atrasos y contradicciones de una civilización que se resiste a la modernidad. Sus libros son intensos y realistas, con valores (amistad, hospitalidad, valoración de la familia) y rémoras (violencias, extremismos, opresión de la mujer), apasionados y globalmente positivos.

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Camilla Läckberg

Me ha parecido sosilla esta novela, y desde el principio. Luego la cosa mejora, pero ya me pesa demasiado la impresión inicial y sólo quiero terminarla cuanto antes. Si me dicen que voy a leer una novela negra espero leer eso y «eso» no consiste en poner un cadáver en una bañera y a una serie de gente en danza intentando buscar a quien lo ha hecho. De camino, un montón de historias tangenciales, mucha descripción fatigosa y, para cuadrar la cuestión, un secreto sórdido, cómo no de índole sexual. Sin ser morboso, la imagen que da el libro de la familia en Suecia es muy negativa: abandonos, adulterios, violencia, abuso a niños, convivencias insufribles, poner el qué dirán por delante del bien de los hijos, etc.

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Trevanian

Me preguntan por Trevanian. Tiene poco interés.

Lei La sanción de Eiger en 2006 y tenía esto por ahí.

Jonathan Hemlock tiene dos rasgos predominantes: uno, ama el arte por encima de todo y no se conforma con mirar cuadros sino que quiere coleccionarlos y, dos, no tiene conciencia, no ha desarrollado ningún sentido de la culpabilidad. Lo segundo le permite hacer cualquier cosa por conseguir dinero para comprar telas valiosas. Esta cualidad es aprovechada por un secretísimo servicio de espionaje norteamericano que lo emplea para cometer asesinatos. Los llaman sanciones, y se trata de eliminar a quien, a su vez, haya eliminado a algún agente del propio servicio. Hemlock es profesor de Universidad, toca el piano y escala montañas y la única norma de conducta que acepta es la lealtad hacia un amigo. No pierde ocasión de mostrar su inteligencia y llega a cansar con el derroche de ingenio que vierte en cada diálogo.

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