Tres poetas andaluces activos: Cabanillas, Feu y García-Máiquez

Tres libros de poesía. Palabras de demora del granadino José Julio Cabanillas, Feu de Erratas de Abel Feu, onubense, y Ardua mediocritas, la segunda colección de versos de Enrique García-Máiquez. Los tres están bien. El primero es un libro íntimo y personal con recuerdos, balances y un tono sensible, clásico y elegante. En el segundo también pesa lo autobiográfico (infancia, primer amor, la madre, el colegio, lo que se experimenta con la derrota) y el tono de confidencia se percibe aún con más fuerza. El tercero es más variado y festivo: gente que le interesa, momentos, la propia biografía (la madre, el amor). Buen muestrario del ingenio y fertilidad ya conocidos en el autor.

A este tipo de libros, en los que soy poco experto, me acerco siempre con un cierto pudor, con la sensación de traspasar una puerta de intimidad que no se percibe en otro tipo de obras. Me parecen textos muy personales que, por una razón que ellos conocen, quieren compartir con cualquiera que compre los tomitos.

El maestro de Vigevano. Mastronardi

De pocos libros habla Italo Calvino tan bien en sus cartas como de este. Es el que se lleva la palma de los elogios. Hay que saber que la poética que Calvino aprecia sobre las demás es la de la desnudez, la brevedad, la claridad, la transmisión de vida sin interferencias del escritor. Esto Mastronardi lo hace muy bien. La historia del profesor Antonio Mombelli, de su mujer y de su hijo Rino está contada con gran objetivismo, sin comentarios, sin apenas acceso a los pensamientos de los protagonistas. El resultado es de gran fuerza expresiva y credibilidad. A Calvino le debía dar bastante igual que se trate de una historia un poco asfixiante y poco estimulante, una vida de apariencias y frustración, de aspiraciones pequeñoburguesas de corto recorrido.

Pivot. De oficio, lector

Pivot es el divulgador más importante de libros en Francia. Ha dirigido célebres programas semanales en TV durante treinta años. La entrevista larga de Nora se centra demasiado en el formato de los programas, pero salen muchas cosas interesantes de algunos autores, de la lectura, de la televisión y de la sociedad francesa. Lo intelectual y lo televisivo parecen como el agua y el aceite, pero Pivot ha triunfado evidentemente en sacar adelante la difícil mezcla. Me pareció más interesante el otro libro suyo del que les hablé, pero este merece también la pena.

Resume Nora: Más periodista que intelectual, más comentarista que crítico, más directo que entre líneas, más sibarita y más popular. Su retirada fue una apoteosis, un motivo de luto nacional. Se cerró una época dorada de la televisión. Sociabilidad jovial, cultura de lo sabroso y de lo sensual, espontaneidad curiosa, el gusto artesanal por el trabajo bien hecho. Y como remate, el fútbol, el vino, la buena mesa y el profundo vínculo con la patria chica. Combinación ganadora para gustar al público popular y el refinado. Un concentrado de francés.

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