Libros sobre gente buena

¿Por qué hay pocas novelas buenas con personajes «buenos», en el sentido moral del término? (a la izquierda, la adaptación cinematográfica de una de ellas). Miren lo que dice Cheever en sus Diarios:

Al carecer de un sentido claro del bien y el mal, nos resulta imposible inventar un malvado, y la maldad es esencial para la dinámica de la narración. El libertino ya no es malvado; su destreza se ha convertido en virtud. El banquero usurero despierta admiración; el sodomita pertenece a una minoría que merece nuestra comprensión; el homicida sólo necesita asistencia psiquiátrica. Me da la impresión de que los jóvenes lo asumen con menos egocentrismo que nosotros, y al sentir instintivamente la necesidad de la maldad, llegan a la conclusión de que el mundo adulto es imperfecto. Los procreadores limpios, decentes, vigorosos y lozanos son objeto de su rabia y su desdén, cuando su único defecto es que no recuerdan a los malvados. El cáncer es malo, pero cuando miramos por el microscopio no vemos ningún diablo. Y al final he ponemos cuernos y rabo a ha muerte, que es totalmente inocente como fenómeno.

Anglicismos

Educacional. No tiene por qué suplantar a educativo.

Dramáticamente. No usar este adverbio con su significado inglés de espectacularmente, radicalmente.

Encontrar culpable. Sustitúyase por declarar, considerar culpable.

Especulaciones. Está desterrando palabras castellanas como cábalas, cálculos, presunciones, rumores, sospechas, indicios, previsiones, conjeturas, creencias, barruntos, suposiciones, etcétera.

Estar siendo. «La oportunidad de la medida está siendo analizada por los organismos competentes». Preferible: «los organismos competentes están analizando la oportunidad de la medida».

[fuente: selección y orden propio a partir del Libro de estilo de ABC]

La gran Gilly Hopkins

Katherine Paterson es una de las grandes de la literatura infantil y juvenil. Seguramente les suene el título, por la película, de Un puente a Terabithia. He buscado algo suyo para leer y elijo -tras recomendación- su otro libro más famoso, La gran Gilly Hopkins.

Es una historia con niños pero nada infantil, en este caso sobre el drama de los hijos abandonados y dados en adopción. Los personajes son enternecedores, sin noñerías. Hay situaciones verdaderamente emocionantes. La vida no siempre es complaciente y querer a los demás y ser querido es el mejor camino para sobrellevar todo. Sin moralinas, con gran realismo y contado de manera simpática.

Lo recomiendo.

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