TRES LIBROS sobre Napoleón

Con todos sus peros, me parece un personaje fascinante, genial, con un imperio sobre los demás del que muy pocos han disfrutado en la historia. A mi me han gustado especialmente:

Napoleón, de Emil LUDWIG (1906)
Napoleón, de Max GALLO (1997)
La batalla, de Patrick RAMBAUD (1998)

El de Ludwig es la primera biografía seria que leí sobre él, y de la que guardo un recuerdo imborrable. Estaba editada en Juventud, no sé si hay reediciones recientes. La segunda es una macrobiografía detalladísima de 1000 páginas, escrita con mucha garra. Me encantó. En ella se basó la estupenda miniserie televisiva que pudimos ver hace uno o dos años. La tercera es una novela bélica. Desmitifica un poco el genio militar del corso pues reconstruye la batalla de Essling, cuando sufre en 1809 su primera derrota como General. Es un fresco de guerra impresionante. Y Premio Goncourt de ese año en Francia.

"El trabajo os hará libres"

En Auschwitz tuve ocasión de observar con alguna frecuencia un curioso fenómeno. La necesidad del lavoro ben fatto —el trabajo bien hecho— es tan fuerte, que empuja a la gente a cumplir su cometido incluso en situaciones de esclavitud. El albañil italiano qué me salvó la vida dándome de comer durante seis meses, de tapadillo, odiaba a los alemanes, su comida, su lengua, su guerra; pero cuando lo pusieron a levantar paredes, las levantó rectas y sólidas, no por pura obediencia, sino por dignidad profesional.

Philip Roth. El oficio: un escritor, sus colegas y sus obras (2001). Entrevista a Primo Levi.

Relatos de Murakami

Después de cinco novelas publicadas, Murakami ha pasado de escritor de culto a autor de ventas y de prestigio internacional. Algunos escritores le idolatran, los reseñistas no se ahorran halagos y su nombre aparece los últimos años cuando se habla del Nóbel. Ahora se publican estos veinticuatro relatos, escritos a lo largo de veinte años, entre 1986 y 2006. Murakami es imprevisible, busca siempre sorprender. Como ha reconocido, deja volar sus ficciones al ritmo del jazz, con continuas improvisaciones y vericuetos. El resultado puede ser una amalgama de historias estrambóticas y algo desconcertantes (Kafka en la orilla) o novelas más sólidas y terminadas (como Tokio blues). En el prólogo plantea que sus novelas, frondosas e incontenibles, son como plantar un bosque y hacer relatos como plantar un jardín, algo planificado y controlado.

Es el primer párrafo de una reseña que acabo de preparar para Aceprensa. Sólo había leído antes Kafka en la orilla y no me gustó nada: surrealista, obscena y confusa, a pesar del estilo fácil y agradable de la escritura. Estos relatos me han gustado más, sin entusiasmarme. El problema de Murakami empieza cuando pretende dar ideas, endebles y con una filosofía de almanaque: “el hombre únicamente se teme a sí mismo”, “todo, de lejos, parece muy bonito”, “una persona, desee lo que desee, nunca puede dejar de ser ella misma”, y cosas así. Para mi sigue siendo incomprensible el fervor que despierta este escritor, claramente sobrevalorado.