De Ammaniti ya les comenté favorablemente Como Dios manda. No tengo miedo es otra buena historia. El pequeño Michele de 9 años vive con su familia en una pequeña aldea de apenas un puñado de casas. Los mayores toman un feo atajo para salir de la pobreza y Michele descubrirá un secreto que transforma su modo de ver la vida.
Ammaniti juega con la elipsis y con el crescendo y atrapa irresistiblemente al lector. El mundo infantil de Michele y sus amigos es presentado de modo vivo y atractivo y muy realista. Son muy buenos los diálogos y las situaciones que muestran a unos niños crueles y leales, imaginativos, curiosos y obstinados.
El final no me ha dejado muy satisfecho pero el camino hasta ahí ha sido agradable.
(Esta novela, y Como Dios manda, han sido llevadas al cine por Gabriele Salvatores).