Cuatro inquilinos ilegales, sin nada que ver con los okupas clásicos, comparten una casa abandonada en Sunset Park, un barrio de Brooklyn, tan frecuentado en las novelas de Auster. Bing es músico y arregla cosas estropeadas, Ellen pinta y Alice escribe su tesis doctoral. Miles, mientras espera a que su novia cumpla los 18 años, ha vuelto a New York dispuesto a reencontrarse con su familia, a la que no ve desde la muerte de su hermanastro, ocho años atrás.
Además de las de estos personajes, Auster introduce aquí y allá las historias de otros muchos, las actuales parejas de los padres de Miles y de las hermanas de su novia, un escritor, varios jugadores de béisbol famosos, etc. La rica inventiva de Auster se va mezclando con sucesos históricos y actuales de modo pertinente y bien trabado. Se trata de una amplia mirada a un mundo complejo de personas desorientadas, cultas e instruidas la mayoría (casi todos leen, o escriben, o editan) pero que no saben que hacer con sus vidas.