Bach es el autor clásico que más he oído en mi vida y del que más música tengo, y ya era hora de leer algo sobre él. «La pequeña ((y babeante)) crónica de Ana Magdalena Bach» cuenta la vida del magnífico compositor desde la mirada enferbecida de su segunda mujer. Pasando por alto la exagerada admiración de Ana, el libro resulta simpático e ilustrativo del carácter y valía de Bach. No se trata de una gran biografía exhaustiva y profunda, sino de los recuerdos de alguien cercano y además cultivado musicalmente. Reservado, austero, sencillo, religioso, exacto, tenaz, genial en la composición y en la ejecución, Bach es un artista y, a la vez, buen marido, buen padre, y muy querido por todos. Esto no se puede decir de muchos genios.
Coincido por completo con el juicio de Ana: «Con su música se penetra en otro mundo más alegre y sobrenatural, en el que ya no pesan las preocupaciones y pensamientos de este mundo»; o, en otro momento,»Todo el que oía su música sentía el impulso de ser bueno».