
El valor de saber disfrutar de cosas sencillas: el espectáculo de unas damas de noche abriéndose, un arco iris lunar, el olor de galletas recién hechas.
Tanto el conjunto como los seis individualmente están lejos de ser perfectos, pero admiten sus debilidades y omisiones, piden perdón y se esfuerzan. El conjunto resulta humano y atractivo.
Otra cosa -nada usual en la literatura reciente- es la presencia de Dios en sus vidas, con naturalidad.