De vez en cuando hay libros que se saltan turnos. Éste ha sido uno de ellos. Es el libro de una monologuista inglesa especializada en feminismo. Mezcla el relato de su propia historia con el contenido de sus guiones. Es ingeniosa, divertida, inteligente y tiene sentido común. Resulta algo repetitiva: casi todo está en la introducción y en el capítulo primero. Los otros diez es más de lo mismo aunque nunca aburre.
Resulta algo local en muchas de las referencias pero el meollo es universal. No le importa recurrir a lo escatológico ni a cuestiones abiertamente sexuales pero no es lo principal ni resulta impresentable.
Se ríe de todo, como cuando dice que “No debería dedicarme a hacer humor sobre las complejidades de la mente femenina. Ni siquiera conozco mi propia mente”. No tiene pelos en la lengua: “no hay temas intocables, sólo malos guiones”.