En 1940 Churchill crea un grupo especial de Servicio Secreto que lleve a cabo acción de guerrillas en territorios ocupados por el enemigo. La novela empieza en cuando un grupo de unas quince personas son reclutadas para servir más tarde en Francia. Duro entrenamiento técnico, establecimiento de vínculos entre ellos y presentación de los numerosos personajes. Dos de ellos, Paul-Émile y Laura terminan enamorándose. Más tarde vemos a todos en Paris o con el maquis del sur francés. El contraespionaje alemán les sigue la pista.
La guerra lleva a estos jóvenes a hacer cosas que les marcarán de por vida, entre ellas, la ruptura de lazos familiares primarios. El libro evalúa la importancia de los ideales, el peso de lo personal privado ante lo colectivo e histórico. Hay ejemplos de sacrificio y generosidad (también entre los alemanes), dramas de desubicación existencial y ejemplos numerosos de todos los tipos de miedo. La abundancia de personajes alarga excesivamente el relato de los cuatro años, hasta el final de la guerra, aunque permite al autor acercarse a ella desde varias perspectivas (femenina, religiosa, de fuerza bruta, madura, etc). Algunas de las situaciones resultan un tanto estereotipadas y faltas de fuerza. Continuar leyendo «Dicker. Los últimos días de nuestros padres»