Cheever siempre consideró Madame Bovary como uno de sus libros preferidos, y se refería a esta novela como «mi Yale College y mi Harvard. Es probable que la haya leído unas veinticinco veces. Varias de ellas en francés». En una entrevista de 1969, Cheever explicó:
«Es una gran novela porque su prosa es absolutamente precisa y simplemente perfecta. Madame Bovary fue un más que considerable momento de inflexión en la historia de la literatura, una verdadera innovación. Y está claro que todas las grandes novelas son innovadoras, pero Madame Bovary fue, para empezar, el primer relato que tenemos de una esquizofrenia controlada. Y es, también, una muy aventurera historia del tipo moral. Ya sabes que el libro fue censurado y Flaubert llevado a juicio. No hay dudas de que la parte más ofensiva de la novela es cuando Emma se sienta a fumar en la mesa».