Ha fallecido este año González Ledesma. Algunas de sus novelas de Méndez hemos comentado en este blog. Yo le tengo afición al personaje y en homenaje particular a su creador desaparecido he leído ahora la primera del ciclo, en la que Méndez, por cierto, sólo tiene una fugaz aparición.
La trama me ha parecido espesa y enmarañada. Se quiere hablar de demasiadas cosas y aparece demasiada gente. Se ve que poco a poco el autor fue aclarando las cosas y las últimas del ciclo son mucho mejores.
Un comienzo muy chandleriano: el encargo de una joven en un despacho de abogado pobre y sin casos, cínico y desencantado, pero aún dispuesto a jugárselo todo por el más débil y más si tiene razón. Una reclamación de paternidad y casos cruzados de chicas desaparecidas.
El universo González Ledesma está todo desde la primera novela: Barcelona, la desigualdad, la burguesía industrial catalana. Hipócritas. Franquismo, religión. La pobreza y lo marginal. Bares, putas. Obreros. El lastre ideológico de la novela es fuerte y marcadamente izquierdoso, y esta vez falta una buena historia (y un Méndez desarrollado) que compensen tanto tópico.