Otoño 2015. No ficción

CAPITAN• El Gran Capitán. Larga biografía de Ruiz-Domènec sobre el célebre militar. La busco tras una visita a San Jerónimo en Granada, donde está enterrado, acompañado de un amigo entusiasta del personaje y de la época. Es un libro serio por el que me decido desechando un par de novelas históricas que también encontré fácilmente. Sólo me salto la tercera parte, 300 págs dedicadas a seguir el rastro del GC tras su muerte en la literatura y en la opinión. Un estudio riguroso, equilibrado, clarísimo distinguiendo historia/leyenda. NOTABLE.

• El balcón en invierno es una especie de libro de memorias de Landero. Su vocación a las letras, personajes de su familia e historias de su infancia. Una mirada atrás con cosas interesantes y muy bien contadas. Mejor que todas las últimas novelas que ha escrito. BIEN.

Dos libros de golf. Un curso general de Dede Owens y un libro sobre el pateo del maestro Stockton. Los dos bastante buenos. El primero toca todo -es decir, demasiado- pero aporta y explica bien algunas cosas no fáciles de explicar. Los dibujos y esquemas son de los más claros que he visto en este tipo de obras. El segundo justifica todo lo que a él le ha ido bien. BIEN los dos.

La absolución. Landero

LanderoMuy flojita.

Lino está consumido por el tedium vitae y le conocemos tres días antes de casarse con Clara. Nos contará su vida y un suceso que cambia su perspectiva de (¡por fin!) felicidad. Landero se enrolla y se enrolla, y no sé sabe muy bien a donde va a parar esto. Escribe bien, pero eso no basta. Es una historia sin rumbo, con nuevos personajes continuamente, que nos lleva de aquí para allá, de bostezo en bostezo. Pero no me ha decepcionado porque tampoco me habían gustado los anteriores o, mejor dicho, todos los posteriores al primero. Fin del crédito que se ganó con aquellos Juegos, por desgracia ya muy tardíos.

Landero

Cumplió hace unos días sesenta años. Cuando era profesor de literatura en Extremadura, se pasó años afilando su primera novela. Como no la aceptaba ninguna editorial, no terminaba de darla por concluída. La pulía y la pulía. El resultado final, que Tusquets se apropió con buen ojo, es la estupenda Juegos en la edad tardía, una de las mejores novelas españolas de los noventa. Fresca, sorprendente, cínica y tierna a la vez y, sobre todo, magníficamente escrita.

Desde ese lejano 1989, Landero duerme en un limbo creativo del que no parece saber salir. Se toma su tiempo para cada libro, consciente de que se le espera. Todos sus productos posteriores son dignos, pero ninguno a la altura de su primera historia. Yo le he seguido fielmente hasta El guitarrista (2002) pero, escéptico, no me he animado con la última.

Si no han leído su primera novela, no lo duden.