Katherine Mansfield es una escritora neozelandesa que vivió en Londres casi toda su vida y murió de tuberculosis con 34 años. Son famosas un par de colecciones de relatos y su Diario. Este segundo no es realmente tal, sino una recopilación de notas que recogió y publicó su marido en 1927, cinco años después de la muerte de Mansfield. En ellas aparecen sus preocupaciones íntimas, retratan bien a la mujer y a la artista y gustarán a los amantes de sus relatos, a menudo comparados a los de Chejov de quien se confesaba ferviente admiradora.
Sus males físicos, su aversión a la vida social, su angustia creadora (deseo y dificultad de escribir), necesidad de dinero, estados de ánimo, miedo a la muerte, notas de lecturas, proyectos de relatos, cartas, recuerdos de infancia, citas, pequeñas historias, sus emociones…una mujer culta de principios del XX, consciente de su talento y sabedora de que no dispone de mucho tiempo.
No he conectado con ella, e igual me pasó hace unos años con sus relatos, pero tengo en contra opiniones mucho más estimables que la mía.