El Buda blanco (Tsuji)

Este libro cuenta la vida de Minoru Eguchi en la isla japonesa de Ono, desde principios del S. XX hasta que muere rodeado de hijos y nietos. Desde niño se hace preguntas sobre la muerte cuando examina con sus amigos la descomposición de un cadáver. Matará en la guerra, sus amigos y parientes morirán de modo natural, o por accidente, o por suicidio, jóvenes o viejos cercanos dejarán este mundo, y Minoru se irá preguntando en cada caso qué pasa luego con esas almas. La respuesta que más le seduce es la metempsicosis, la transmigración de almas de un cuerpo a otro, una reencarnación que hace inmortal la esencia de cada persona. Por encima de todo no quiere olvidar a los antepasados y se le ocurre construir una estatua de Buda con los huesos en polvo de todos los muertos de la isla, incluidos los de su hermano, los de Otowa, su primer amor, y los de varios amigos. Será el gran proyecto final de su vida.

La novela abunda en valores positivos, como son la búsqueda de respuesta a las preguntas clave de la existencia, un sentido en cierto modo trascendente y espiritual, el amor a la familia y al trabajo, la amistad, el deseo de darse a los demás y, sobre todo, el esfuerzo por vivir siempre una vida digna aún en medio de penosas dificultades. La muerte y el amor, los grandes temas. Minoru se enfrentará a ellos con un armazón cultural extraño para un occidental, y más para un cristiano, pero siempre con una aspiración honesta de buscar la verdad y dar un sentido a su existencia. Vive lo mejor y lo peor en todos los ámbitos de su vida (familiar, laboral, amistoso) pero lucha siempre por salir adelante. El despertar de la curiosidad sexual y la crueldad infantil dan lugar en las primeras páginas a dos breves pasajes de contenido erótico explícito y a otro de una violencia gratuita desagradable.

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