Chesil Beach

Intensa y deliciosa novela de McEwan. Se ha convertido en uno de los autores más interesantes, confirmado libro a libro. Posee una prosa espléndida y tiene un sentido de los detalles extraordinario, sobre todo a la hora de describir pensamientos, emociones, relaciones entre personas. Son cosas difíciles de contar pero él lo logra como pocos.

Esta vez explora la entrega entre dos jóvenes. Se aman y se casan, quieren ser felices juntos. La noche de la boda es el momento de sellar físicamente el don completo de uno al otro. El está deseoso y feliz, y quiere adaptarse a los ritmos de su nueva esposa, ella quiere complacerle y vencer su reticencia física. Nervios, miedo a fallar, impaciencias, excitación, ignorancia, titubeos. McEwan se mueve con soltura entre el oleaje de tensas sensaciones que se desencadenan. Es un momento importante para los dos y son conscientes de lo que se juegan.

Hay detalles físicos pero sin morbo ni vulgaridad, toda una proeza tratándose del asunto del que se trata.

Aquí tienen la reseña que apareció en El Cultural y aquí el enlace a la de ABCD.

Amor en las ruinas

Ejemplo de bodrio que no deben leer. Se anuncia como «uno de los escritores más importantes de la literatura norteamericana del S. XX». Modestamente, conozco un poco esta literatura y es la primera vez que lo oigo mencionar.La historia no hay por donde cogerla: un psiquiatra borracho que se acuesta con tres novias inventa un artilugio para diagnosticar y curar el alma humana. El gobierno intenta robárselo y parece que todo ocurre a unos días del fin del mundo. En medio, diatribas contra algunas minorías (negros, judíos e izquierdistas). Un cacao de sociología, ciencia y religión con un barniz de humorismo.

Penosa.

Además, Percy resulta ser el responsable de la edición de La conjura de los necios, un libro que abomino, increíblemente famoso cuando es pesado, desagradable e insustancial.

ACTUALIZACION 29/03/08

Tom More es un psiquiatra norteamericano convencido de que asiste a los últimos días antes del fin del mundo. Es un antihéroe católico sin sentimientos de culpa. Los pocos momentos en que no está borracho o dedicado al sexo, sus dos pasatiempos favoritos, los dedica a desarrollar un inteligente invento con el que mide la actividad eléctrica del cerebro y diagnostica, y más tarde cura, las enfermedades psíquicas más comunes. La novela es un poco demencial y es imposible seguir tomándola en serio más allá de las treinta primeras páginas. Multitud de personajes pueblan este collage apocalíptico donde se mezclan la religión, el sexo, los problemas de América y el whisky. Historias clínicas, idas y venidas del invento, intentos de comprárselo/robárselo, charlatanes religiosos, experimentos de comunidades utópicas, diatribas contra negros, judíos e izquierdistas, teorías psíquicas,…Amor en las ruinas es el desquiciado y estrambótico intento de Percy (Alabama, 1916-1990) de resumir el alma americana, de caricaturizar al hombre moderno en medio de una sociedad desquiciada.

Un clásico

Un «clásico» de la literatura, de la música, de las artes, de la filosofía es para mí una forma significante que nos «lee». Es ella quien nos lee, más de lo que nosotros la leemos, escuchamos o percibimos. No existe nada de paradójico, y mucho menos de místico, en esta definición. El clásico nos interroga cada vez que lo abordamos. Desafía nuestros recursos de conciencia e intelecto, de mente y de cuerpo (gran parte de la respuesta primaria de tipo estético, e incluso intelectual, es corporal). El clásico nos preguntará ¿has comprendido?, ¿has re-imaginado con seriedad?, ¿estás preparado para abordar las cuestiones, las potencialidades del ser transformado y enriquecido que he planteado?

George Steiner, Errata