Un buen partido.
Después de más de dos años esperando su momento en mi estantería, me he puesto con ella en este largo y caluroso agosto. Desde la mitad estaba ya deseando terminarla porque:
1. No me interesa especialmente la cultura india, tan alejada de la mía;
2. Sólo me han cogido algunos de los personajes;
3. El perfil de la intensidad de todo lo que ocurre es medio-bajo, con escasos clímax y ni siquiera mínimos sobresaltos;
4. La letra es pequeña y el volumen pesa varios kilos, con lo que es incómodo de leer en casi cualquier sitio y postura;
5. Me ha colapsado tres semanas, con otras cosas antiguas y nuevas que habían ido surgiendo y poniéndose a la cola.
Nada de esto tiene mucho peso pero mi impresión actual al terminarlo es de auténtico alivio y mis deseos de recomendar este libro mínimos, así que dejaré para otro día, más en frío, mi comentario, porque la novela tiene su valor.
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