Novela del Oeste, de aventuras, de vida dura, de pasiones. Canadá, tundra blanca, nieve por todas partes, un pueblecito de colonos de cien personas (cazadores, granjeros, un magistrado, La compañía). Un trampero aparece en su cabaña con el cuero cabelludo cortado. ¿Ha sido un joven que justamente ha desaparecido ese día, los indios, la Compañía celosa de sus intereses comerciales, uno que busca un objeto que poseía el asesinado, otro que desea unas valiosas pieles? Entre los propios inquisidores (y, a veces, también sospechosos) se organizan diversas expediciones de búsqueda. A Dove River se añaden así tres escenerios más, un poblacho de noruegos luteranos, el puesto de otra factoría de la Compañía y, finalmente, una cabaña aislada. Por medio nieve, tiendas de campaña y lobos.
La novela, debut de la escocesa Penney, es brillante en su construcción y tiene fuerza. Se hace algo larga pues pasan muchas cosas y hay abundantes ramificaciones. Tiene unos cuantos personajes muy buenos. Es una historia dura donde ocurren cosas desagradables. A la vez, hay momentos tiernos. Las pulsiones son las de siempre en el hombre, el amor y el deseo, la ambición se ser más y poseer más.
Por si no me he explicado bien, no es una novela de investigación criminal, aunque arranca con un muerto y termina con el descubrimiento del asesino. En medio hay todo un mundo de relaciones duras, secretos, y proyectos, en un ambiente de naturaleza fría, colonos y animales salvajes.
Un narrador narra desde fuera toda la historia, alternándose con la voz de la madre del joven huído, único personaje (ella) que habla en primera persona.
Buena novela. Me hubiera gustado que algunas ramificaciones se cerraran más. ¿O habrá segunda parte?