Esta es la primera colección de relatos de Chesterton con el padre Brown como protagonista. Tengo una complicada relación con este autor y, como me temía, leída la mitad de los doce relatos, este libro no la va a arreglar.
Una mezcla de paradoja, psicología, crítica social y misterio. Brown es un sacerdote escocés de aspecto anodino y poco distinguido buen conocedor del mal y de la condición humana. Administra secretos y reparte el perdón de Dios. La ambientación y presentación de los personajes muchas veces es mejor que el mismo caso y su resolución. Lo inglés, lo francés, los comentarios perspicaces aquí y allá de Chesterton, el hincapié en lo racional (y sentido común) de la fe cristiana, son muchas veces lo más interesante.
Suelen ser crímenes ingeniosos, muchas veces sin sangre. Aparece Brown y resuelve el rompecabezas. He tenido que esforzarme para terminar cada uno de seis relatos pero sé (y lo comprendo) que este tipo de literatura tiene su público. Para mi –de todas formas- que la narrativa no es lo suyo.