En 1828, en una granja islandesa, Natan y Petur son asesinados. Fridrik, Agnes y Sigga son declarados culpables y esperan a que se ejecute la sentencia a muerte que les ha caído. El alguacil Jon y su mujer Margret custodian a Agnes durante sus últimos meses, tiempo en que es también aconsejada por un sacerdote. De las conversaciones de Agnes con este último y con Margret saldrá la verdad sobre lo ocurrido realmente en la granja.
La novela, basada en hechos reales (la historia de la última mujer decapitada en Islandia), se construye a partir de un narrador que va contando los hechos, la propia voz de Agnes que paralelamente nos revela sus pensamientos y la inclusión de documentos sobre el proceso (cartas, actas, etc).
Desde el principio se conoce la relación amorosa que mantenía Agnes (ama de llaves) con Natan (una especie de médico-hechicero, con fama de clarividente y de mujeriego). Muchos, y muchas, tenían motivo para desear la muerte de éste. Los recuerdos de la infancia de Agnes se van alternando con los de su trágica historia de amor.
La novela, primer libro de la australiana Kent (1985), está bien narrada y se observa un buen conocimiento del medio en el que se desarrolla. Llama la atención, por ejemplo, el alto nivel educativo de la mayoría de unos personajes que habitan una zona pobre y fría cercana al Círculo polar ártico. Es interesante la relación de Agnes con las dos personas que se convierten en sus confidentes finales. El sufrimiento de la condenada se transmite con gran pericia narrativa. A pesar de estos aspectos positivos, no estamos ante una gran novela. Ni por la profundidad del carácter de los personajes, ni por la originalidad de sus relaciones (mujer enamorada-hombre aprovechado, un clásico), ni por el motor de la narración (el insuficiente suspense de saber el papel real que jugó Agnes en los hechos). La autora ha jugado varias cartas (intriga gótica, naturalismo, psicología, historia) en torno a la pasión, la justicia y la culpa, pero la sensación, que empeora desde la mitad del libro, es que falta trama novedosa o, al menos, un acercamiento provechoso a una historia vista muchas veces.