Tercera novela del islandés traducida al castellano, un poco menos intensa y más convencional que las dos anteriores.
La cuestión de fondo son los traumas arrastrados desde la infancia y las relaciones hijos padres: en el caso criminal central (niño prodigio y padre exigente, infancia robada), en el caso paralelo que complementa (niño supuestamente maltratado por su padre) y en la profundización en los recuerdos familiares de Erlendur, que ya empezamos a conocer en la anterior novela (la culpa por la muerte de su hermano y su actitud hacia los propios hijos).
Erlendur en un personaje de mucho interés. Adicto al trabajo, con una vida familiar destrozada, directo y simpático. Se entrega a su tarea con la minuciosidad de quien no tiene límite de tiempo, pues todo está disponible para el trabajo.
En libro no contiene descripciones ni abunda en pasajes escabrosos, pero están muy presentes la pederastia, la prostitución y la homosexualidad.