Vinieron como golondrinas

Tenía buenas recomendaciones y me ha defraudado un poco Vinieron como golondrinas, de William Maxwell, editor-escritor norteamericano fallecido.

Una novela breve sobre padres e hijos, sobre la madre sobre todo. Tres capítulos, tres puntos de vista, el del hermano menor, el del mayor y el del padre. En el centro Bess, la madre. Dolor y separación sin consideraciones lacrimógnas. Estética realista muy norteamericana pero lejos de la fuerza de los grandes. Prosa transparente, detallosa, sin llamar la tención sobre sí misma. Ficción minimalista y doméstica, muy en la tradición USA.

En fin, que no está mal, pero tampoco es para leer a toda costa.

En esta línea de padres muertos, relación entre hermanos, etc, lean mejor A orillas del lago, de Mary Lawson. Uno más de la cadena de aciertos casi continuos que tiene Salamandra. Esta sí es una buena historia.

Zweig: la sangre contra el espíritu

Poco antes de morir, el popular escritor austriaco (1881-1942) redactó una autobiografía (1) de autenticidad conmovedora. Ahora se traduce y publica de nuevo, en versión íntegra. Es una buena ocasión para indagar sobre las claves del éxito de este inspirado judío vienés, excepcional narrador y hombre de exquisita sensibilidad, europeísta convencido y ciudadano del mundo, que no quiso seguir viviendo cuando Europa dejó de ser el sueño que tuvo en su juventud.

“Toda sombra es, al fin y al cabo, hija de la luz y sólo quien ha conocido la claridad y las tinieblas, la guerra y la paz, el ascenso y la caída, sólo este ha vivido de verdad”. Con estas palabras termina la narración de sus memorias, un documento de excepcional lucidez sobre el periodo que le tocó vivir.

Más que su peripecia biográfica, interesa la conjunción de las características de su personalidad con las de esos años. Su vocación artística, su condición de vienés y de judío y las dos guerras mundiales, son los puntos clave de su biografía.

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El cartero

El cartero siempre llama dos veces. James M. Cain. 140 págs, un euro, colección Novela Negra del País.

Escrita como con descuido, como de manera informal, de acuerdo con el carácter vagabundo y de pobreza de miras del protagonista-narrador-asesino. Ni fu ni fa. Cierto interés la planificación y ejecución del golpe. Al cine en 1946 (Lana Turner y John Garfield) y el 1981 (Jessica Lange y Jack Nicholson). Estilo cínico y descarnado, narra un asesinato como contaría cómo te tomas un helado en el parque. Creo que si no hubiera sido por la primera adaptación al cine, esta novela no hubiera pasado a la historia.