El tesoro de la lectura

¿Por qué, pues, tesoro predilecto, te ocultas tan profundamente? ¿Y dónde te encontrarán las almas sedientas? Sin duda alguna, en los libros edificaste tu deseable tabernáculo, donde te fundó el Altísimo, luz de las luces, libro de la vida. Pues allí el que pide recibe, el que busca halla, y al que llama se le abre al punto?

Ricardo de Bury (1287-1345)
Obispo de Durham y Canciller de Inglaterra
Filobiblion
(1344)
Muy hermoso tratado sobre el AMOR A LOS LIBROS

TRES LIBROS de aforismos

Si tuviera que elegirlos me quedaría con estos:

Meditaciones, de Marco AURELIO (180)
Oráculo manual y Arte de la prudencia, de Baltasar GRACIAN (1647)
Pensamientos, de Blaise PASCAL (1669) [En la foto]

Son libros redondos, perfectos, útiles para la vida, citables y meditables sin descanso. Marco Aurelio es extraordinario, si además hubiera sido cristiano sería perfecto. Sin la fe, sólo llega a donde llega. Aunque no es poco. Gracián tiene un punto de cínico que lo afea, pero casi todo lo que dice del hombre es verdad. Pascal es más duro de leer y no me interesa igual en todas sus partes, pero es imprescindible.

También me gustaron, pero menos:
De la antigüedad clásica: Catón, Epícteto y Marcial.
Del XVII francés: Chamfort, La Rochefoucauld y Joubert.
Del S. XX: Bierce, Canetti y Litchenberg,

Montaigne de nuevo

Nueva traducción-edición de los Ensayos completos de Montaigne. Ahora por El Acantilado.

Esto explica la editorial:

En 1580, Michel de Montaigne dio a la imprenta la primera edición de sus dos libros de Los ensayos. El éxito fue tan arrollador que, dos años más tarde, apareció una nueva edición, aumentada con un tercer libro y con notables adiciones y correcciones en los dos primeros. Se completaba así la redacción de uno de los libros que mayor prestigio e influencia han tenido en el pensamiento occidental. Sin embargo, el gentilhombre perigordino siguió trabajando en el texto de sus ensayos hasta su muerte, acaecida en 1592. Tres años más tarde, Marie de Gournay, «fille d’alliance» de Montaigne, presentaba una edición de Los ensayos siguiendo las instrucciones que le diera su autor, edición que durante siglos ha sido considerada canónica, hasta que Strowski preparó la suya entre 1906 y 1933. Hoy, el de Marie de Gournay es visto de nuevo, con justicia, como el texto de referencia, y sirve de base a todas las ediciones recientes fiables. Éste es también el que el lector hispano encontrará en la presente edición, enriquecida con referencias a los múltiples estadios que experimentó el texto y con un completo aparato de notas. Una edición útil al especialista y próxima al lector común.

Esta es la reseña en Babelia.