Juego de tronos


La cadena americana HBO ha estrenado Juego de tronos. Investigué y vi que es el primer libro de una saga de 7 (los cuatro primeros disponibles en castellano, el quinto se publica en USA en julio y los dos últimos en preparación).

He leído el primero. En el fondo no quería que me gustara, para no embarcarme en una lectura larguísima, y la cosa iba bien cuando en la introducción ya lo comparaban (algo que odio) con Tolkien. Pero no sólo lo he terminado sino que voy con el segundo. Está bastante bien.

Es una macrohistoria épica. Siete reinos, clima pseudomedieval, personajes ambiguos y héroes, combates y espadas, traiciones e intrigas, familias, romances, lenguas, lobos. Es difícil de resumir. Un proyecto de envergadura. Merece desde luego una oportunidad.

Los cuatro primeros están en castellano en formato electrónico fácilmente a la mano.

El símbolo perdido

Pueden leer en Aceprensa la reseña que he preparado sobre la última novela de Dan Brown. Se ha publicado para todo el mundo, no hace falta estar suscritos.¡Qué quieren, hay que hacer de todo en esta vida! Ahí me ven, comprándola el primero en El Corte Inglés el mismo jueves que salía.

Pues bien, me ha gustado más de lo que hubiera querido. Este escritor es la monda. Tiene un cacao mental esotérico espectacular pero, hecha una restricción mental sobre el mensaje (si no, es imposible seguir leyéndolo), resulta entretenido. Ha tardado 6 años en escribirla y dice en las entrevistas que está muy orgulloso.

Y dice también que sabe que no ganará nunca el Nóbel. ¿Y por qué no? Sería coherente con la trayectoria de ese premio. No le extrañaría a nadie.

Trevanian

Me preguntan por Trevanian. Tiene poco interés.

Lei La sanción de Eiger en 2006 y tenía esto por ahí.

Jonathan Hemlock tiene dos rasgos predominantes: uno, ama el arte por encima de todo y no se conforma con mirar cuadros sino que quiere coleccionarlos y, dos, no tiene conciencia, no ha desarrollado ningún sentido de la culpabilidad. Lo segundo le permite hacer cualquier cosa por conseguir dinero para comprar telas valiosas. Esta cualidad es aprovechada por un secretísimo servicio de espionaje norteamericano que lo emplea para cometer asesinatos. Los llaman sanciones, y se trata de eliminar a quien, a su vez, haya eliminado a algún agente del propio servicio. Hemlock es profesor de Universidad, toca el piano y escala montañas y la única norma de conducta que acepta es la lealtad hacia un amigo. No pierde ocasión de mostrar su inteligencia y llega a cansar con el derroche de ingenio que vierte en cada diálogo.

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