Libros positivos

La telaraña de Carlota es una sencilla historia de animales que habla sobre la lealtad y los buenos sentimientos. Carlota es una araña que se las ingenia para salvar la vida de Wilbur, un simpático cerdito por el que siente una gran amistad. Ingenio, ingenuidad, solidaridad, ternura y sacrificio. Ayudar a los demás eleva nuestra vida y la dota de sentido.

La literatura infantil y juvenil queda muchas veces como el último reducto para la educación en valores, como si no fueran con los adultos. El bien pasa a ser entretenido por unos momentos siempre que no nos salgamos de ese contexto, y si es con animales, mejor.

Lo que todo el mundo en cambio está leyendo es Juego de tronos (y, sobre todo, viendo la serie), una historia que te hace vomitar y desear cambiar de especie. No es comparable a la obra de White en ningún aspecto, pero a mi esta segunda sí me hace sonreir.

Cartas cruzadas. Zusak


A veces la vida está como estancada, sin logros y, lo peor, sin aspiraciones. Y de pronto surge la oportunidad de hacer algo valioso. Es lo que sucede a Ed Kennedy cuando empieza a recibir unos misteriosos naipes con textos escritos. Las pistas le conducen hasta doce situaciones de personas a las que puede ayudar, entre ellas sus mejores amigos. Vence su comodidad y se empeña en aportar algo a cada situación. De este modo, un zángano mediocre, en su pueblecito, sin más miras que su taxi y sus partidas de cartas, se convierte en un mensajero de esperanza, y terminará encontrando algo para él mismo que le mejora.

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Avallone. De acero

La soledad de los números primos (Giordano), regular, y Blanca como la nieve, roja como la sangre (D’Avenia), mejor, han sido recientes bombazos editoriales en Italia. El último es De acero (Avallone), también de temática adolescente-sentimental.

Pero el libro de Avallone se separa de los anteriores en que es duro y oscuro: patéticas situaciones familiares, sexualidades desbocadas, salir de la pobreza mediante el delito y un lenguaje sucio y desagradable. Palizas, lesbianismo, matrimonios tristes, droga y muchos tacos. Avallone pasa de descripciones poéticas y un uso frecuente (y hasta abusivo) de la metáfora, sin anestesias, al estilo más coloquial y callejero: ¿será esto lo que ha llamado la atención? Porque la denuncia social de la pobreza de una vida de obreros está más vista que el TBO y, además, ¿cúando ha dependido la dignidad personal del dinero que se tenga?

Me cuesta entender que un libro así venda miles de ejemplares.