La lección de August. De R. J. Palacio

La-leccion-de-August

«¡Qué obra de arte es un hombre! ¡Qué noble en su razón! ¡Qué infinito en sus facultades! ¡Qué explícito y admirable en forma y movimiento! ¡Qué parecido a un ángel en sus actos! ¡Qué semejante a un dios en su percepción! ¡Es la belleza del mundo…!» (Hamlet)

Una de las pocas novelas que he leído este verano es esta bonita historia. August es un niño 10 años con la cara deformada que va por primera vez al colegio. Vive en Nueva York, muy querido y protegido por sus padres y hermana y ahora se enfrenta al paso importante de la salida en serio al mundo exterior.

Una historia con estas características corre el peligro constante de caer en el melodrama pero Palacio lo evita de una manera sobresaliente.

Continuar leyendo «La lección de August. De R. J. Palacio»

Chrestomanci

chrestomanciHe leído en general el primer volumen de Los mundos de Chrestomanci, títulado Una vida mágica (1977). Los niños protagonistas viven en un país donde la gente dispone de magia, en distintos niveles. Los hermanos se quedan huérfanos y van a vivir con Chrestomanci donde son instruidos. Niños, magia, escuela, travesuras, todo esto sonaría mucho a Harry Potter si no hubiera sido escrito mucho antes. Hasta hay un «ya sabes quien». Aquí hay una diferencia esencial en el argumento que es la existencia de varios mundos paralelos y la posibilidad de nueve vidas para algunos protagonistas. La niña es un poco repelente y caprichosa.

No está mal, pero a mi no me ha merecido la pena seguir más allá de las primeras cien págs. Sé que hay tres continuaciones más. Me ha parecido bastante bien escrito.

Ivan Doig

Una granja en Montana, 1909. Oliver Milliron, viudo, cuida a sus tres hijos de 13, 12 y 7 años. Rose Llewellyn (viuda a su vez) es contratada como ama de llaves. Aparece con su hermano y se instalan con los Milliron.

Paul, el hijo mayor, ahora con 61 años, narra sus recuerdos de infancia. La vida familiar, las anécdotas escolares, la vida rural de colonos en el oeste americano, conversaciones de cosecha, caballos, el tiempo y los vecinos. Un tema recurrente, la educación. La señora Llewellyn, que esconde un secreto, jugará un papel importante en la familia.

La novela tiene valores positivos pero no me ha cogido como historia en ningún momento, como si siempre te quedaras esperando un algo más que no termina de llegar. Aunque sé de otros, de los que me fío, que la recomiendan.