Ensayos de Cerdá

CERDÁ_librosTres breves ensayos de Cerdá. Buen ejemplo de cómo se pueden combinar buenas ideas con claridad y brevedad. No es pensamiento de bolsillo salvo en la apariencia física.

El primero habla de la importancia de leer: nos permite ver la realidad con más píxeles, nos hace cuestionar y cuestionarnos, expande nuestra imaginación moral. Al mismo tiempo, no hay que mitificar la lectura ni es necesario leerlo todo. Lo importante no es leer sino pensar y sentir bien.

El segundo es la enumeración de las frecuentes falacias con las que se dinamitan habitualmente muchos diálogos, haciendo imposible que la verdad se imponga.

El tercero parte del ejemplo de resistencia heroica de Leónidas ante Jerjes en las Termópilas para hablar del sentido del dolor y del significado del que la muerte dota a todo lo humano.

Me ha gustado mucho y lo recomiendo.

Darse a la lectura. Gabilondo

GABILONDO_LecturaEl que fuera ministro de cultura en España escribe esta reflexión sobre el hecho de leer. Capítulos cortos que lo abordan desde varios ángulos: leer obras de pensamiento, ficción o poesía, el papel de la memoria, el ritmo y estilo de lectura; la escritura, el estudio, el entretenimiento; leer de noche, leer en distintos formatos; leer los clásicos; leer con atención.

Se nota formación clásica (griego y latín) y evidente sesgo filosófico (NietzscheDerrida, Ricoeur). El estilo es espesillo y a veces poco transparente. Prefiere “es algo otro” a “es otra cosa”, y cosas así. Hay frases que parecen adivinanzas. Es mucho riesgo esperar que el lector vaya a leerlas varias veces.

Con todo, no está mal. No es lo que yo recomendaría como “animación a la lectura” pero el que ya lee sacará algunas cosas.

Una pena en observación. C. S. Lewis

LEWIS_Una pena en observaciónA Lewis le llegó el amor siendo maduro y el cáncer de Joy hizo que durara poco. Toda la lucidez y la batería de argumentos que exhibe en El problema de dolor se van al garete cuando muere su mujer.

“Si me han derribado la casa de un manotazo es porque se trataba de un castillo de naipes”. No llega a dudar de Dios pero se pregunta ¿cómo es Dios realmente? ¿dónde está ahora? ¿es bueno? Está tan abrumado por los sentimientos que no puede pensar. Este librito contiene las notas con la que intenta hacer frente a su hundimiento.

La pena (y la desidia que le acompaña) ¿es miedo, es suspense, es expectativa? “La vida se juega con dinero, no con fichas o calderilla”. Está aplastado pero no quiere dejarse llevar por la autocompasión. Es interesante contrastar todo lo que se dice aquí con lo que enunció antes en su libro citado.

Dice cosas muy bonitas sobre el amor:

Este es uno de los milagros del amor; que consigue dar a la pareja —pero quizá más aún a la mujer— el poder de penetrar en sus propios engaños, y a pesar de todo no vivir desengañada. Tener una visión un poco parecida a la de Dios. El amor de Dios y su sabiduría no se diferencian entre sí ni de Él mismo. Casi podríamos decir que ve porque ama, y por lo tanto que ama, a pesar de que ve.

En una ocasión, cuando ya se acercaba su final, le dije: «Si puedes, si te dejan, ven junto a mí cuando yo también esté en mi lecho de muerte.» «¿Dejarme? —me contestó—. Trabajo le va a costar al Cielo retenerme. Y en cuanto al Infierno, lo rompería en pedazos.»

Si no han visto la preciosa película de Attenborough (Tierras de penumbra, 1993) no dejen de hacerlo. El dolor como el megáfono de Dios contra un mundo sordo, el dolor de ahora como parte de la felicidad futura. Una norteamericana como un soplo de alegría y espontaneidad en un mundo académico masculino estricto e hiperformal. Nieblas y coros de gregoriano. Los dos actores principales estupendos.