Relatos de Lem. Máscara

LEM_MáscaraEl Telepático Peripatético está completamente cargado de las carnosas células de la Memoria Semántica, con los pedúnculos del Translator Alveolar, así como con una monumental Glándula Mnemónico-Mnéstica. Así mismo, está provisto de sendas bocas, de la trompa competente (TC) y de un Interglococóm, o sea, de un Comunicador Interplanetario Glosolálico-Coheréntico-Contemplativo.

¿Se trata de una broma? No, es de uno de los 13 relatos de Lem contenidos en Máscara, y que configuran el tomo XXIII de sus obras completas, reciente y bellamente editados por Impedimenta. El que no haya leído nada de Lem (como yo) y desconozca su mundo imaginativo y sus preocupaciones, deseará salir corriendo ante estas piezas de difícil comprensión. Se aprecia imaginación, elaboración cuidadosa y despliegue de nombres, aparatos, especies y lugares y se intuyen algunos temas (las máquinas y el hombre, viajes, invasiones, seres, el desarrollo intelectual humano y sus límites, etc). Pero es difícil entender algo si se empieza por estas piezas aisladas, situadas por sus editores fuera de los ciclos que agrupan sus libros.

En fin, entre la inaguantable Solaris de Tarkovski y esto, veo que Lem no es lo mío.

Relatos de Pàmies

PAMIES_LimónEstaba absolutamente convencido de haber leído algo de este autor y descubro que no. Lo saqué de la biblioteca por casualidad, cuando me di cuenta de que llevaba ya libros de dos autores catalanes y forcé el tercero en la estantería correspondiente.

Al lado del de Vila-Matas, y no digamos del de Pla, me ha parecido flojito, pero se deja leer. Veinte relatos breves y originales, todos muy distintos de contenido pero con elementos comunes: gente sola, insatisfecha y vulnerable que ni comiéndose el limón de la vida sin hacer muecas consigue sus deseos. La elogiosísima presentación de Vila-Matas es exagerada, como suele ocurrir cuando presentas el libro de un amigo.

El relato que más me ha llamado la atención es el de la hija que pide a sus padres que se separen para ser “normal” entre sus compañeras. Así de triste. En algún relato aparecen detalles o temas sexuales tratados con cierta crudeza.

El estilo es fluido, las rarezas ocasionales (uso de la segunda persona) no estorban y se agradece que no se prolonguen innecesariamente las historias.

Ibargüengoitia. la ley de Herodes

IBARGÜENGOITIA_HerodesIbargüengoitia es un escritor mexicano fallecido en 1983 que dejó media docena de novelas, un libro de relatos y algunas piezas teatrales.

El título del libro de narraciones cortas, también el de la mejor de ellas, es una declaración de intenciones: en la vida las cosas no suelen salir como nos gustaría, y más vale ponerles buena cara, como hace el autor. Lo que más me ha gustado es el tono divertido, no chistoso ni ingenioso, más bien encajador, de todo tipo de situaciones que salen mal: artísticas, románticas, económicas o amistosas. Amables frustraciones (en el mundo abunda la mentira, la mezquindad y el egoísmo), cercanas al humor negro, que nos animan a padecer sonriendo.

Las fronteras de los géneros se las pasan los autores en patera todos los días, y más los buenos, así que no hay que preocuparse mucho, pero esto tiene más pinta de libro de memorias que de relatos de ficción.

Es un autor con bastante gracia y un estilo estupendo. Hacía tiempo que no leía cosas sudamericanas, y vuelvo a constatar que hay vida más allá (o al mismo tiempo) del boom. Me quedo con ganas de más.