Qué tierno era Suleyken (Lenz)


Suleyken es un territorio imaginario que representa artísticamente la Masuria real, una región situada al sur de la antigua Prusia oriental, patria del escritor alemán. Lenz quiere rendir festivo homenaje a su tierra recogiendo veinte historias que quieren resumir el espíritu masur, una inteligencia no aparente y enigmática pero a pesar de todo real. Sus paisanos son “de rápida astucia y lenta malicia, de torpe ternura y conmovedora paciencia”.

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O relato o novela

Para mi, Cheever es un ejemplo claro de excelente escritor de relatos y mediocre novelista. Esto dice Rodrigo Fresán en una nota en los Diarios del escritor norteamericano:

En 1957 aparece en Estados Unidos Crónica de los Wapshot con elogiosos comentarios de Jean Stafford, Robert Penn Warren y Saul Bellow en su portada. Las críticas fueron buenas, pero más de uno apuntó lo que se convertíría en el estigma de por vida del Cheever novelista: su propensión a escribir novelas atomizadas de estructura no convencional, «compuestas por sketches que no consiguen ni el impacto de un cuento ni poseen el crecimiento interno y el desarrollo de una novela». Otros lo acusan de «sentimental» y de «glorificador del pasado». En cualquier caso la buena reputación de Cheever en su país iba en aumento: Crónica de los Wapshot ascendía, por fin, al rango de novelista; vendió bien; y recibió en 1958 el National Book Award.

Shálamov

Minúscula ha emprendido la edición en seis volúmenes de los Relatos de Kolimá. He leído (y lo dejo) un tercio del primero. Shalámov cuenta en breves historias el infierno de Siberia. El estilo tiene fuerza: laconismo, contención y latigazo final. Con esos 12 relatos me he hecho perfectamente cargo de lo que quiere transmitir, así que no he visto motivo para continuar.

Todo es triste e inhumano en estas historias. Frío, hambre, sueño. Todo les da igual a los prisioneros. No creer, no temer, no pedir: las tres reglas principales del manual del preso.