Las siete Barbies solteras. Rocío Arana

Breves prosas de la poeta sevillana, unas 60 en 5 bloques, no sé si extraídas de su blog (el blog de Adaldrida). Habla de su vocación de escritora (”jugar era inventar historias”), recuerdos de niñez, el primer abrazo de un hombre, citas con gatos, parafarmacias y maquillajes. Pequeñas memorias-confesiones ricas en detalles. Sevilla, Pamplona, París. Palabras, personas y paisajes. Filóloga hispánica, platónica y tomista. Su color favorito, como el mío, el azul. Una lectura agradable, buscaré alguno de sus poemarios.

“… tuve conciencia de mi vocación cuando abrí los ojos a otro mundo, era imposible no escribir lo que allí estaba sucediendo.

“Abrí el armario de mi habitación y vi la madeja de libros reflejada en el espejo: nunca estaremos solos”.

“Pasan las hojas y el libro nunca se acaba, los poemarios no se terminan nunca: empiezan. «Rocío, estás como en otra parte». Exacto, estoy doblada en una página. Siempre vuelvo allí. Siempre estoy allí”.

Poemas de Jaime García-Máiquez

Conozco a Jaime García-Máiquez de nuestra época universitaria. Leo ahora por primera vez unos poemas suyos. Es estupendo cuando algo quieres que te guste y además te gusta. Oh, mundo, del 2012, habla de su vocación de escritor (“El sitio”, “Mi opinión”), de la relación con los demás (“Perdón”, ”Sucede”), de Dios (“Tentación en el desierto”) y de más cosas. He señalado los poemas que más me han gustado y he capturado con mi móvil. Hablar limpio, poesía de la cotidianidad, sencilla y clara. En el prólogo dice que a veces hay que oscurecer un poco las cosas para verlas: al lector se le dan mascadas, seguramente por el trabajo que hay detrás.

Contarse a si mismo, ¿no es siempre el asunto central del poeta?: Un cuerpo en calma para un alma en vilo, mirándole la cara a lo absoluto; a las grandes preguntas siempre daba, sonriendo, respuestas muy pequeñas.

El otro poemario, (Grosso modo, un año anterior), me ha gustado menos. Lo firma con seudónimo y son versos rimados. López de Artieta reniega de una bohemia inútil y achaca su malditismo a un cóctel de fe católica, espíritu reaccionario y poca simpatía por la democracia.

Es la primera vez, si no recuerdo mal, que leo poemarios en sus ediciones originales. Hasta ahora sólo me había atrevido con antologías. Resultado: 1, se acaban antes; 2, los poemas verdaderamente destacables resaltan con más facilidad.

Galicia literaria

He pasado unos días en Galicia y he visitado la tumba de Valle (en Santiago) y su casa natal (Villanueva de Arosa), donde se exhiben primeras ediciones de muchos de sus libros. Muchas calles del pueblo llevan nombre de obras y personajes suyos. He leído estos días la primera de las Comedias Bárbaras (Cara de plata) donde se narra una historia barroca y brutal que no cuento entre sus mejores libros.

Muy cerca está la casa natal de Camba, que no visité. También he leído algo suyo estos días, un libro de 1917 (Un año en el otro mundo) donde reúne sus artículos sobre Estados Unidos. Me ha gustado más esta vez. Es agudo, divertido y derrocha sentido común. América es la libertad, la velocidad, los récords, el chicle, la desproporción, las estadísticas, los rascacielos y el estrépito. Al principio la burla continua me pareció cateta, pero enseguida ves que se explica muy bien y que las exageraciones son premeditadas y justificadas. Tiene mucha gracia, sin ser un humorista.

De Cela visité la tumba en Iría Flavia pero no la Fundación, enfrente, que está en obras y cerrada hasta diciembre.

Justo al lado, en Padrón, la casa-museo de Rosalía. Me apunto algún título para leer algo de ella.

Mondoñedo me pillaba un poco lejos, pero lo tercero gallego que he leído han sido las estupendas Historias gallegas de Cunqueiro. Curanderos, animales mágicos que hablan, aparecidos, meigas y personajes extraordinarios. 67 prosas excepcionales (breves, deliciosas, mimadas, caprichosas, exquisitas), emitidas por radio a la muerte de Cunqueiro. Aparece el gallego como es, creedor y escéptico, mágico y racionalista, supersticioso y espiritual. Una mezcla compleja que constituye todo un éxito humano.

En Santiago pasé por la Casa de la Troya, hoy museo, inspiradora de la estupenda novela de Pérez Lugín, y por la Fundación Torrente Ballester, donde no me dio tiempo a entrar. También visité allí las tumbas de Rosalía y de Castelao. Éste último es aquí un mito, me temo que sólo local.

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