Vásquez. El ruido de las cosas al caer

VASQUEZ_RuídoAntonio Yammara, profesor de derecho, conoce en unos billares a Ricardo Laverde. El segundo es asesinado en Bogotá en presencia del primero, que también resulta herido. Yammara se obsesiona con la figura de Laverde e investiga su pasado y por qué hayan podido matarlo.

El estilo de Vásquez es bueno, sin que tampoco tiremos cohetes. La realidad colombiana de miedo que retrata es familiar y el análisis no ofrece grandes novedades. La novela no está mal sin ser sobresaliente.

Ibargüengoitia. la ley de Herodes

IBARGÜENGOITIA_HerodesIbargüengoitia es un escritor mexicano fallecido en 1983 que dejó media docena de novelas, un libro de relatos y algunas piezas teatrales.

El título del libro de narraciones cortas, también el de la mejor de ellas, es una declaración de intenciones: en la vida las cosas no suelen salir como nos gustaría, y más vale ponerles buena cara, como hace el autor. Lo que más me ha gustado es el tono divertido, no chistoso ni ingenioso, más bien encajador, de todo tipo de situaciones que salen mal: artísticas, románticas, económicas o amistosas. Amables frustraciones (en el mundo abunda la mentira, la mezquindad y el egoísmo), cercanas al humor negro, que nos animan a padecer sonriendo.

Las fronteras de los géneros se las pasan los autores en patera todos los días, y más los buenos, así que no hay que preocuparse mucho, pero esto tiene más pinta de libro de memorias que de relatos de ficción.

Es un autor con bastante gracia y un estilo estupendo. Hacía tiempo que no leía cosas sudamericanas, y vuelvo a constatar que hay vida más allá (o al mismo tiempo) del boom. Me quedo con ganas de más.

Saccomanno. Cámara Gesell

SACCOMANNO_GesellLa cámara Gesell es un mecanismo que permite asistir a algo sin ser visto. Lo conocemos de muchos interrogatorios policiales vistos en TV. Eso hacen todos de algún modo en La Villa, un pueblo balneario turístico donde el rumor y el adulterio son los deportes favoritos. Crimen y chismografía, ver pero no actuar. Pueblo chico, infierno grande.

Aquí están novelas como Peyton Place, Manhattan Transfer o La colmena, y series de TV como Twin Peaks y Deadwood. Un censo de casi 300 personajes. Historias y voces que entran y salen. Prosa fragmentaria y ritmo frenético sin partes ni capítulos. Suicidios, abusos a menores, asesinatos, corrupción y juegos políticos aliñados con nazis escondidos y escarceos lésbicos. Un libro salvaje e inquietante sobre las apariencias (un lugar a primera vista apacible dedicado al descanso y al turismo, verano; una realidad infernal, invierno). Un libro bastante duro y en general desagradable, medio novela negra, medio crónica social.

Un detalle más: el libro es difícil de leer para un español porque está lleno de americanismos y jerga desconocida, algo que no llega a hacerlo incomprensible pero que hace perder, para nosotros, no sé si afortunadamente, sabor y ambiente.