Cámara oscura. Diarios de Insausti

INSAUSTI_DiarioPrimer volumen de los diarios del poeta vasco, correspondientes al periodo 2001-2010.

Como explica en el prólogo, se trata de otra versión de las cosas para que quede constancia. El macrocosmos en el microcosmos. Escrita con las gafas de andar “por aquí cerca”, a pie de calle. El relato de una perplejidad. Sentirse como el soldado a quien en medio de la formación se le antoja todo ridículo, y que se pregunta si será el único en sentirse de ese modo.

Actividad literaria, escrituras y lecturas, comentario de noticias, recuerdos, opiniones, el terrorismo de ETA, vida familiar, la universidad, paseos por Pamplona, viajes, etc. Diez años dan para mucho. En este tipo de libros siempre encontramos cosas que nos interesan.

Insausti se explica muy bien y habla con claridad, como cuando describe “un concierto de música clásica moderna donde no se sabe si asesinan a un gato o aterriza una nave espacial”.

La puerta de la esperanza. Vallejo-Nágera / Olaizola

VALLEJO-NAGERA_EsperanzaHe releído este libro que prepararon Olaizola y Vallejo-Nágera poco antes de la muerte del segundo.

Vallejo-Nágera hizo muchas cosas (médico, pintor, encuadernador, escritor, deportista, hombre, esposo y padre de familia) y todas con intensidad. Aquí se habla también de sus defectos (la impaciencia, un cierto narcisismo) pero sobre todo del sentido de la vida (donde juega un papel importante su fe católica), de la muerte, de la amistad (excelentes los capítulos sobre Dominguín y sobre su chófer) y del matrimonio (la alegría ante el ruido del llavín en la puerta de entrada como signo de su salud).

Una personalidad destacable a la que conviene acercarse, un testimonio sincero y positivo. De esos que verdaderamente ayudan. Escrito con la simpatía y claridad habituales de Olaizola.

Mihura. Memorias

MIHURA_Mis_memoriasLibro absolutamente singular. El humor que exhibe Mihura está basado en la exageración, el absurdo, la imposibilidad, hay que suspender toda lógica o cerrarlo. Vean: su ama de cría hace exhibiciones por provincias: en una plaza de toros alimenta a 200 o 300 niños, vivos por la parte de arriba y muertos por la de abajo. Ante esto solo caben dos cosas: o te va o no te va. Lo bueno es que puede saberse desde la primera página y desde ahí ahorrarse o disfrutar de la lectura. Ese tono le permite en el fondo reírse de todo y de todos (el mundo del teatro, el corsé de las mujeres, los duelos, los periódicos, París,…un torero con gafas de lejos y de cerca que se las cambia al entrar a matar…).

Yo me quedo con los dos capítulos finales, el XXIII y el XXIV donde habla de La Codorniz y del humor.

La ironía es de mala educación, es obra del mal genio, del rencor, de los celos, del resentimiento. El irónico es agrio, antipático, es un aguafiestas que llega a una casa convidado y dice cosas desagradables a la gente, sin necesidad. Pretende asignarse una misión moralizadora y por eso es impertinente, con impertinencia de viejo gruñón o de convaleciente de la gripe.

El humor es un capricho, un lujo, una pluma de perdiz que se pone uno en el sombrero. Un modo de pasar el tiempo. El humor verdadero no se propone enseñar o corregir, porque no es esta su misión. Lo único que pretende es que, por un instante, nos salgamos de nosotros mismos, nos marchemos de puntillas a unos veinte metros y demos una vuelta a nuestro alrededor contemplándonos por un lado y por otro, por detrás y por delante, como antes en los tres espejos de una sastrería y descubramos nuevos rasgos y perfiles que no nos conocíamos. El humor es verle la trampa a todo, darse cuenta de por dónde coger las cosas. El humorismo es lo más limpio de intenciones, el juego más inofensivo, lo mejor para pasar las tardes.