Méndez, inspector de policía de la Brigada de homicidios, no requiere presentación para el lector español de novela criminal. En esta décima entrega, la penúltima hasta ahora, se enfrenta al terrorismo que llega a las mismas calles de su Barcelona. Méndez es un personaje inefable construido página a página desde hace muchos años. Los bolsillos de su traje están deformados por los libros y usa un revólver colt («una pieza robada del Museo de Artillería Naval, que para sacarla a la calle necesita un tráiler», en opinión de su jefe, el comisario principal Monterde). Va su aire y no obedece órdenes. Impasible a las pullas continuas de Monterde. Todo lo exterior le resbala.
Tres historias que van confluyendo:
1. Un industrial encarga a un ex-convicto la muerte de una persona;
2. Una nena con Down es chuleada por una madame; (la parte más sórdida de esta sórdida novela)
3. Un opositor a notarías es asesinado en la boda. Por su novia.
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