Updike

Dejé pasar la muerte de Updike por respeto. Ni he sido un gran lector suyo ni me ha gustado especialmente lo que le he leído (su famoso personaje Conejo me parece un ser lamentable). Así que poco podía decir. Pero me encuentro ordenando archivos con este comentario que escribí justo antes de empezar este blog a una novela suya que no está mal. Sirva como mi pequeño homenaje.

En un momento crucial de su vida, los 18 años, Ahmad se debate entre fuertes influencias: el imán Rashid le instruye en el Corán e intenta ayudarle a ir por el Recto Camino del islam; el judío Jack Levy, su tutor, le anima a no dilapidar sus cualidades intelectuales; Jocelyn, una joven negra por la que se siente atraído y a la vez desprecia y, finalmente, su madre, la persona a la que más quiere pero a quien no consigue respetar. Aparentemente se lleva el gato al agua su visión fanática de la religión y llega a dar peligrosos pasos junto a activistas de la yihad.

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Música de callejón

Washington no es sólo La Casa Blanca. Hay barrios de la ciudad dominados por bandas callejeras de negros muy peligrosos. Tienen cinco temas: armas, coches, tías (nunca dicen mujeres), droga y pasta. ¿Hay un solo culpable de esto? ¿son los padres que se desprecocupan de sus hijos? ¿es el mercado libre de armas? ¿es el racismo? ¿la sociedad hace malo al hombre?

Strange (negro) y su socio Quinn (blanco) se ven metidos de lleno en el juicio a un ex-jefe de banda, en la pelea entre dos de esos grupos, en la búsqueda de una joven y en la defensa de una testigo. La historia es apasionante.

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POE: El hombre que nunca sonreía

Se cumplen doscientos años de su nacimiento (1809-1849). Padre de la novela policiaca, renovador de las historias góticas y de los cuentos de terror, pionero de la ciencia ficción, conferenciante y teórico de la literatura, periodista y autor de El cuervo, uno de los poemas más célebres de todos los tiempos, tuvo una vida desdichada que fue compensada, una vez muerto, con la gloria literaria.

Poe vivió en la primera mitad del S. XIX. En escasos cuarenta años se las arregló para dejar una obra de cierto volumen y gran influencia. Sin duda su pervivencia se alimenta del prestigio de sus admiradores: Dostoievsky, Kafka, Cortázar, Borges, Lovecraft, Bradbury, Valery, Maupassant, Verlaine, Rimbaud, Baudelaire, Nietzsche, Conrad, etc. Se le suele citar como precursor del romanticismo, del surrealismo y del simbolismo, por no hablar de su influencia en la música, el cine, el cómic o la pintura.

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