A la caza del amor (1945)

Nancy Mitford (1904-1973) (en la foto, a la derecha, con sus célebres hermanas).

Lo principal del libro es el tono. O te gusta o no. O te caen bien los personajes o no hay nada que hacer. Mitford cuenta con humor, con inteligencia, es moderadamente mordaz cuando es necesario y mira la vida con el distanciamiento y superioridad propios de las clases altas.

Fanny cuenta la historia de los Radlett, de sus tíos y sus seis primos. Se fija sobre todo en los amores, tres, de Linda, la más guapa y romántica de sus primas.

Los Radlett pertenecen a la haute société de la campiña inglesa. Si voda es superficial, absorvente, satisfactoria. nada de colegios, basta aprender en casa a montar a caballo y cazar, francés y algo de música. Son extravagantes, divertidos, refinados y exquisitos. No soportan el aburrimiento, ni a los extranjeros (son instintiva e irracionalmente ingleses). Y jamás hablan de dinero.

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La gran Gilly Hopkins

Katherine Paterson es una de las grandes de la literatura infantil y juvenil. Seguramente les suene el título, por la película, de Un puente a Terabithia. He buscado algo suyo para leer y elijo -tras recomendación- su otro libro más famoso, La gran Gilly Hopkins.

Es una historia con niños pero nada infantil, en este caso sobre el drama de los hijos abandonados y dados en adopción. Los personajes son enternecedores, sin noñerías. Hay situaciones verdaderamente emocionantes. La vida no siempre es complaciente y querer a los demás y ser querido es el mejor camino para sobrellevar todo. Sin moralinas, con gran realismo y contado de manera simpática.

Lo recomiendo.

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Connolly atormentado

666 es el número que tiene en la colección de Tusquets el nuevo libro de Connolly, sexto de la serie Charlie Parker. Los muertos siguen sin dejar en paz a Parker, los de su propia familia y los demás. Tampoco se lleva muy bien con los vivos. Es un hombre de acción que sigue sus propios métodos y a quien cuesta tener la boca cerrada.

Esta vez los malos terroríficos (El Coleccionista y Frank Merrick) no son tan malos y son los buenos quienes esconden secretos inconfesables. El libro no es tan bueno como los primeros aunque sigue estando a un nivel bastante por encima de la media en este género. Creo que Connolly está un poco pasado de rosca metafísica en sus tormentos fantasmagóricos y sus venganzas y también sobran algunas acotaciones históricas, descripciones de lugares y digresiones que ralentizan la historia.

El libro resulta escalofriante como los anteriores pero ahora más por el tema (abuso de menores) que por el paranoico de turno. Connolly sigue mostrando las caras del mal, convencido de que la capacidad del hombre para provocarlo no tiene límites.

Les aviso, como empiecen con Connolly no podrán dejarlo.