Cercas, Gógol y Clarasó

Por lo de mi crisis con las novelas, espero que temporal, he leído recientemente varias colecciones de relatos. Por supuesto los nuevos de mi hermano Miguel (Cumplo 40) que ejemplifican con gracia y bastante imaginación cosas que pueden ocurrir en la crisis de madurez.

Nunca recomendaría públicamente un libro de Bukowski pero su trabajo es único e impactante en cualquiera de sus títulos (por ejemplo, en sus Escritos de un viejo indecente, uno de los menos brutales).

Me han decepcionado las novelas petersburguesas de Gógol, de quien retraso una y otra vez la célebre Almas muertas, por si acaso. El capote y La nariz, las más justamente famosas, no están mal, las otras tres son flojas y triviales. Su poética grotesca-fantástica-social no acaba de convencerme.

Leo por primera vez a Noel Clarasó, humorista catalán, que hace una divertida parodia de club de golf en los episodios de Campeones de golf. Claramente sabe de lo que habla. También de golf, aunque ya no se trata de relatos, les recomiendo uno de los libros de John Jacobs, Todo mi legado golfístico. Un sabio elegante y amable que sabe explicar de forma sencilla cosas bastante complicadas de hacer.

McInerney. Al caer la luz

Años 80 en Manhattan, Russell y Corrine llevan cinco años casados. Él es editor y ella agente de bolsa en Wall Street. Llevan una intensa vida social y una aparentemente apacible vida conyugal, muy dependiente de las relaciones físicas.

El argumento tiene aspectos atractivos pues forman una pareja culta y sofisticada que se relaciona con escritores, periodistas, profesores  e inversores de buena posición económica. Es una comedia social urbana ligera con toques dramáticos que se centra en las relaciones de pareja y, sobre todo, en la infidelidad matrimonial. El lenguaje es grueso y las alusiones sexuales son frecuentes.

La novela es dialogada en un alto porcentaje, lo que aporta viveza, pero hubiera ganado con una labor de poda más exigente por parte del creador. Se detallan numerosos intercambios intrascendentes que aportan poco a la acción o al conocimiento de los personajes.

Libros del Asteroide ha publicado los últimos años buenas novelas norteamericanas sobre el matrimonio (Una mujer de recursos, de Elisabeth Forsythe, Un matrimonio feliz, de Rafael Yglesias, o En lugar seguro, de Wallace Stegner, por citar algunas), pero esta no es una de ellas. Es, además, la primera de una trilogía.

Leonard Michaels. Sylvia

Michaels (1933-2003) es otro brillante escritor judío neoyorquino que destacó sobre todo en el relato corto y en sus Diarios. A finales de los ochenta, tres décadas después de los hechos, se atrevió por fin a escribir sobre su primer y desastroso matrimonio y el resultado fue este intenso libro de 1992 que se traduce ahora en España. Ficción autobiográfica o memorias a secas, cuenta su vida con Sylvia desde 1960 a 1964, cuando él era novel escritor y ella acababa sus estudios. Ella es inestable, histérica y patológicamente susceptible, pasa de iluminaciones de superdotada a berrinches adolescentes. La relación es tóxica desde el primer momento: sexo compulsivo, peleas explosivas y dependencia enfermiza. El asunto termina muy mal, como se intuye desde la primera página.

El libro está muy pulido y el estilo es destacable. Todo se narra con claridad y sinceridad, recurriendo a veces a párrafos del diario que el autor llevaba en esos años.   Se cuenta muy bien el ambiente neoyorquino de los sesenta, los garitos de jazz, las drogas, la sexualidad depravada a la que conduce la tiranía de los sentimientos, las lecturas de Nietzsche, las películas aburridas de Antonioni. El autor, víctima vampirizada de un matrimonio infernal, lucha por sacar adelante su vocación a la escritura y por no verse arrastrado a una locura, en el ambiente y en el hogar, que puede asfixiar sus aspiraciones. La visión general que se trasmite del matrimonio es muy negativa.