Muerte de un viajante. Miller

MILLER_ViajantePasos en mis propósitos de relecturas. Me ha vuelto a impresionar como la primera vez. Willy Loman está al final su carrera y no ha llegado muy lejos. Sus hijos son jóvenes y no están centrados. Todos han perseguido inútilmente la quimera del éxito y han fracasado. Linda, esposa y madre, es la única que ama incondicionalmente.

Un retrato muy duro de una existencia desorientada desde el primer día. La obra, en dos actos, da saltos al pasado y nos muestra el origen de los problemas de Biff (el hermano mayor) envenenado de resentimiento. En estas retrospecciones Miller hace intervenir en el presente a figuras del pasado con las que Loman dialoga.

Loman es patético y ofrece una imagen tajante de dónde terminan la mentira y la deslealtad. Su funeral es una de las escenas más tristes que recuerdo en una obra literaria.

Adam Johnson. El huérfano

JOHNSON_HuérfanoJun Do ha sido criado en un orfanato aunque en realidad sólo le falta la madre. Toda la vida ha crecido con esa ausencia y con una disposición al dolor y la lealtad que ha permitido que el Estado le emplee en tareas de sangre y espionaje. Su relación con el triángulo formado por la actriz Sun Moon, el marido de esta el comandante Ga y nuestro Querido Líder Kim Jong-Li, articula esta intensa y osada distopía, versión norcoreana y surrealista de las novelas de tirano.

Jun Do es nuestro “fulano de tal”, el Jon Doe inglés, un títere Juan Nadie en manos de un Estado ridículo y brutal, retratado con maestría en esta ficción muy real sobre un hermético y cruento país de pesadilla. Un relato que comparte por igual las dosis de violencia y absurdo clásicas de las novelas de dictador, y en el que pueden leerse afirmaciones espeluznantes como esta:

—En nuestro país las historias son objetivas. Si el Estado declara que un granjero es un virtuoso de la música más les vale a sus vecinos empezar a llamarlo maestro. Él, por su parte, hará bien en ponerse a ensayar en secreto. Para nosotros, la historia es más importante que la persona. Si un hombre y su historia se contradicen, quien tiene que cambiar es el hombre.

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Las dos señoras Grenville. Dunne

DUNNE_Señoras-GrenvilleAnn Arden es una cabaretera ambiciosa que conoce en 1943 a Bill Grenville, rico heredero (banca y caballos) de la alta sociedad neoyorquina. Ella es divertida, natural y muy atractiva físicamente; él es un insatisfecho permanente que nunca llegó a la altura de su exigente y difunto padre. A pesar de la diferencia de clase, pasa por encima de todo lo apropiado, con dolor de su madre y cuatro hermanas mayores, y se casa con Ann.

Toda la parte central de la novela describe los esfuerzos de transformación que hace Ann (justo lo que él no quería que sucediese) por ponerse a la altura de su nuevo apellido. No tardará en descubrir que no basta tener dinero sino que cuenta más de donde viene y desde cuando se tiene. La diferencia social da lugar a todo tipo de situaciones bien aprovechadas por el narrador, el periodista Basil Plant (trasunto del norteamericano Dunne, 1925-2009) para destrozar un universo de apariencias, materializados infelices y poderosos descerebrados. Sólo el personaje matriarcal de Alice, madre de Bill, tiene cierta categoría humana. La novela se excede en estereotipos y carece de los matices de Capote, otro gran fustigador –con mucho más talento- de la parte más alta del tejido social. Capote, por cierto, tuvo parte en el caso real en el que se inspira esta novela.

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