Hay escritores para leer (Dumas, Galdós) y escritores para admirar (Joyce, V. Woolf). Muy pocos tienen las dos virtualidades (Faulkner, García Márquez). Para mi Henry James está en el segundo grupo. Sólo interesa a los escritores y a los profesores de universidad.
Quizás mi problema era que sólo le había leído hasta ahora Otra vuelta de tuerca. Pero no. Me presta un amigo Los papeles de Aspern, incluído en un volumen de Planeta que recoge varias novelas breves de James sobre escritores y/o la escritura. Un académico obsesionado por un escritor fallecido llega a Venecia para hacerse con unas cartas que custodia la destinataria, hoy anciana. Consigue alojarse en su casa sin revelarle su verdadero propósito e intenta ganar la confianza de la sobrina, ya también una mujer madura. ¿Hasta donde está dispuesto a llegar para hacerse con esos papeles? Esa es la historia. El desarrollo es lento y con poco contenido y el desenlace de poco interés. El estilo y el ritmo a mi se me hace muy pesado. No es XIX ni XX. No me hago a su paso. Lo termino apresuradamente con ganas de coger otra cosa y casi convencido de que difícilmente volveré a cruzarme con Henry James. Casi una despedida.

