El deber. Winder

WINDER_El deberPor la saludable higiene mental de contradecirse a uno mismo vuelvo a leer otra de nazis. Marzo del 39, Praga, Rada es un funcionario serio, responsable, trabajador y con conciencia del deber. Sus jefes pueden confiar en él. Otra cuestión es cuando los alemanes ocupan su país y su propia familia se ve puesta en peligro.

Muy bien descritos el miedo y la inseguridad ante el futuro. La realidad irá ampliando su sentido del deber y cabrán en su vida más cosas que su familia y su trabajo.

Una novela patriótica bastante buena, complemento del reportaje Hhhh del que les hablé y de la famosa novela de Hrabal. Otro positivo para Periférica.

Fouché. Stefan Zweig

ZWEIG_FouchéApasionante retrato de la erótica del poder. En 1790 profesor en un seminario, en 1792 saqueador de iglesias, en 1793 comunista,  cinco años después multimillonario y otros diez años después Duque de Otranto. En todas las salsas, siempre la main dans la pâte: Revolución (Convención), Directorio, Consulado, Imperio y Monarquía. Siempre por encima de sus oponentes: Robespierre, Napoleon o Talleyrand.

Diplomático, artista de manos ágiles, palabras vacías y fríos nervios. Hombre poderoso, singular, encontró poco amor entre sus contemporáneos y aún menos justicia en la posteridad. Maestro del saber callar, de la ocultación y de la observación de las almas. Resistencia contra el lujo y el boato, capacidad para saber ocultar la vida privada y los sentimientos personales. Nunca titular visible del poder y, sin embargo, tenerlo por completo. Tirar de todos los hilos sin pasar jamás por responsable. Rostro feo y repelente, voz quebradiza. Donde es más fuerte es en su escritorio, en la sombra. Espiar. Audaz valor y absoluta falta de carácter e imperturbable falta de convicciones. Demoníaco, maquiavélico, acrobático. Intrigante y conspirador nato.

Traidor, miserable, puro reptil, tránsfuga profesional. Siempre se deja abierta la retirada. Sólo conoce un partido al que es y será fiel hasta el final: el más fuerte, el de la mayoría. Un botón de muestra: cuando Napoleón hace matar al Duque de Enghien, Fouché comenta: “fue más que un crimen, fue un error”.

El personaje más interesante de su siglo desde el punto de vista psicológico. Gran inteligencia y gran capacidad de trabajo. Desfachatez: nunca abandona traidoramente de forma lenta y cautelosa. Se marcha en línea recta, a plena luz del día, sonriendo fríamente.

Una época interesantísima y un personaje único.

La pasión de Cristo contada por Emmerick

EMMERICK_PasionDe todos los libros que narran la pasión de Cristo (específicos –de la Palma, Suárez, Ibáñez Langlois– o como parte de una vida completa –Pérez de Urbel, Papini, Fernández Carvajal, Fillion, Guardini, etc-) tengo especial inclinación al relato de Emmerick.

La religiosa alemana pasó en cama los últimos doce años de su vida (murió en 1824). Los cinco años finales dictó a Clemente Brentano las revelaciones que había tenido sobre toda la vida del Señor. Cuarenta volúmenes que se fueron publicando póstumamente, en 1833 el de la pasión.

La mística agustina, beatificada en 2004, va describiendo con gran viveza y riqueza de detalles toda la parte final de la vida de Cristo. Estilo sobrio y objetivo, comentarios mínimos y contagiosa conciencia de la importancia de cuanto estaba sucediendo. Sus páginas inspiraron la inolvidable película de Gibson de 2003.

Una lectura muy apropiada a unos días de volver a conmemorar esos misterios.