Echenoz. Correr

ECHENOZEchenoz cuenta a su aire la vida de Zatopek, el mítico corredor checo de los cincuenta. Era invencible en los 5.000, 10.000 y otras pruebas de fondo. Un ídolo nacional y un personaje recio, tranquilo y sonriente. Ya retirado, apoyó un cambio político hacia una mayor libertad y fue represaliado por ello.

Me ha parecido interesante el narrador desconocido de esta crónica, que interviene continuamente con giros coloquiales y, al mismo tiempo, nos ofrece cuando conviene los propios pensamientos de Zatopek.

Es un libro ligero que me ha sabido a poco. La parte deportiva es interesante, la humana escueta y la político-sociológica casi anecdótica. No sé exactamente lo que pretendía Echenoz con este libro biográfico (una prueba de la elástica definición de “novela”) que se lee de un tirón pero que se concluye con un encogimiento de hombros y un interrogativo ¿y?

Probablemente me haya perdido alguna extraordinaria elipsis o alguna despiadada ironía (¿contra los opresivos regímenes comunistas?). En todo caso un rato agradable, y a otra cosa.

Bola de sebo. Maupassant

MAUPASSANTBola de sebo es la nouvelle más célebre de Maupassant. Diez personas van en una diligencia de Rouen a Le Havre: tres matrimonios ricos, nobles y burgueses, dos monjas y la pareja formada por Cornudet y una joven rellenita (apodada bola de sebo) famosa en Rouen por sus actividades de cortesana. A medio camino, un oficial prusiano, del ejército que entonces ocupa Francia, se encapricha de ella y exige sus favores a cambio de que la diligencia pueda seguir su paso. Qué ocurre y qué actitud adoptan al respecto los diez pasajeros es el asunto del relato.

Maupassant murió loco y sifilítico a los 43 años y dejó una ingente producción, sobre todo de piezas cortas, tanto realistas como fantásticas. Está considerado un maestro de la narrativa francesa del XIX y en España está muy editado. Ahora, en concreto, Páginas de Espuma saca sus Cuentos completos. Algunos, exageradamente en mi opinión, le colocan a la altura de Flaubert y Sthendal.

Las relaciones eróticas, los engaños amorosos y la degeneración moral se encuentran entre sus temas favoritos. Estilo conciso, sutileza y mirada irónica. Todo esto lo tenemos en esta breve novela (o relato largo) que inspiró la mítica película de Ford de 1939 La diligencia.

Brassens. Sus máximas

BRASSENS_RomaMe encanta la música y el estilo de Brassens, algo menos sus letras y conozco poco al personaje. Este libro entresaca frases de sus canciones, de entrevistas y de pequeños textos del autor, e intenta conformar una imagen de su manera de ver las cosas.

Por decirlo brevemente, no coincido con casi ninguna de sus opiniones y me reafirmo, todo a la vez,  en que es un artista respetable.

Utopista, poeta, moralista, enamorado de las palabras y de la lengua, loco por el jazz, iconoclasta, provocador, pesimista, anarquista, nostálgico, libertario y escéptico, todo eso es el mítico chansonnier francés.  Un hombre sencillo y directo, más preocupado por ser antes que por tener, y a la vez profundamente errado en asuntos de bulto (sólo hay que leer las cosas que dice sobre el sentido de la vida, el matrimonio o sobre Dios).

Algunas de las frases que he anotado:

Mis canciones forman parte de una especie de mundo ficticio que tengo en mente desde la adolescencia. Como nada me gustaba, me fabriqué mi propio guiñol.

La única revolución es tratar de mejorarse a sí mismo, esperando que los demás procedan del mismo modo.

El esfuerzo de amar es tal vez el amor.

Han “llegado” porque no iban muy lejos (citando a Dorgelès).

Escuchen a Brassens todo lo que puedan, sin prestar demasiada atención a todo lo que dice.