Keret. De repente llaman a la puerta

KERET_De-repente-llamanEste judío y el rumano Cartarescu son los autores más originales que he descubierto últimamente. Son algo distinto. Sorprenden.

En esta colección de relatos breves no hay dos que se parezcan. Y eso no es fácil, sobre todo cuando muchos son buenos, tienen algo. Entre otras cosas, porque son un buen número de ellos (38). Es brillante y gamberro. Se le asocia con Kafka y Woody Allen y me parecen referencias acertadas. Es breve, sencillo, irreverente. Con cierta frecuencia recurre a lo coloquial (malhablado) y a la temática sexual, y puede llegar a hacerlo de forma vulgar. Se ríe de todo y lo toca todo, casi siempre con gracia y desenfado y algunas veces con mal gusto.

Tengo también (en .mobi) una crónicas biográficas que me apetecen mucho después de leer estos relatos. Ya les contaré algo.

Bessa-Luis. Dientes de ratón

BESSA-LUIS_Dientes-ratónNo he encontrado disponibles ninguna de las novelas más famosas de la portuguesa y termino llevándome un librito suyo infantil y muy breve. No me ha dicho casi nada. Son varias estampas de la vida de Lorenza, una niña de seis años, apodada “Dientes de ratón”. Su familia, el cole, las amigas, los hermanos. Ella en su mundo de fantasía, ella y sus choques con el mundo adulto. De vez en cuando alguna cosa interesante (hablar sobre niños no implica que todo lo que se diga sea infantil), algún personaje atractivo por su sencillez. Poco más.

Aunque ya he perdido el impulso inicial para el futuro, doy por no conocida aún a Bessa-Luis.

Rubayat de Jayyam

JAYYAM
No tengo suerte con la poesía.

De estas famosas composiciones de Jayyam sólo he sacado algo en claro del prólogo. Me he enterado de que se trataba de un científico-astrónomo-astrólogo-matemático-filósofo-médico y de que se dice Rubaí en singular y Rubayat en plural (cuartetos de dos versos partidos por la mitad con rima en el primero, segundo y cuarto, quedando libre el tercero). Es el poeta persa «de mayor fama en todo el mundo» y estas composiciones fueron reunidas tres siglos después de su muerte y publicadas en 1836 en Calcuta.

Canto al vino y a la belleza, invitación a gozar del momento fugitivo; transitoriedad, el tiempo, la vanidad de la vida, la nada como única evidencia, él aquí-ahora como la única realidad posible.

A mi de los 178 cuartetos me han sobrado 170, pues todos dicen lo mismo.

Una copa, una hermosa y un laúd a la orilla del campo,
Estas tres cosas para mí al contado, y para ti el cielo prometido.

Vive el momento. No están al alcance la verdad ni la certeza. Esto se acaba, nada se sabe, disfruta lo que puedas.

Genial.