Diario de Torga

TORGA_DiarioMiguel Torga es el seudónimo del médico portugués Adolfo Correia (1907-1995). Escribió novelas, relatos, poesías, memorias y diarios.

Sus Diarios (1932-1996) están publicados en 16 vols. En España Alfaguara ha hecho una selección en dos, que abarcan 1932-1987 el primero y 1987-1993 el segundo. Leo el primero de estos.

Torga trabaja como médico y vive amargado por la situación política de su país y por la insatisfacción propia del artista (“no me leen”, “no tengo tiempo”, “no me valoran”). No tiene buena salud y es agnóstico. Con este cóctel al libro sólo le falta un tacto mojado para adivinar las lágrimas.

Caza, excursiones, viajes (a su admirada España, por ejemplo), cine, lecturas, necrológicas de escritores. Es desgraciado por el egoísmo de los hombres, por la experiencia del dolor, de la miseria cultural, de la soledad. Se añaden noticias, historias, breves relatos, poesías. Es un libro denso, donde las ideas tienen mucho más protagonismo que los hechos.

Buena edición de Alfagüara, que incluye al final cuatro índices: nombres propios, viajes, temas y poemas.

Naturalmente tiene cosas interesantes, pero ni de broma buscaré el segundo.

Pérez Galdós. Gloria

GALDOS_Gloria
Leer completos a Galdós y a Baroja, sobre todo al primero, son dos de los proyectos que más insistentemente me tientan una y otra vez los últimos años, para nunca llevarlos a cabo, acuciado por otras curiosidades sin fin más urgentes. Se reavivan, claro está, cada vez que leo que alguien lo ha hecho. Por ejemplo, lo cuenta Jesús Pardo en sus memorias.

Así que (antes de que se me pase) me lanzo a esos tomos de Aguilar que están en casi todas las bibliotecas públicas y abro por Gloria para empezar, no sin antes autoprevenirme recordándome que todo no va a ser Fortunata y Jacinta o Misericordia. Pero aun así el resultado me decepciona.

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Peores maneras de morir. Méndez

GONZALEZ_LEDESMA_PeoresUna dura historia de trata de blancas, con mucha violencia, sexo y sangre, que se resuelve en una serie de casualidades un poco traídas por los pelos. En la Barcelona de González Ledesma parece que sólo viven putas. Bueno, y también burguesía hipócrita, derechona católica, ricos que hacen lo que quieren ayudados por los curas. Decididamente, sus libros los salva el personaje de Méndez, el único que se preocupa por las víctimas cuando la ley (que no es casi nunca la justicia) no lo hace, que es casi siempre. Quien sabe si salvar los libros de González Ledesma es otra de sus misiones imposibles.

Ya empieza a cansarme un poco la simplona radiografía social monocromática que nos endosa una y otra vez el escritor catalán: el capitalismo, el pueblo, el ejército, los curas, los pobres, la regeneración social, el declive moral, todo metido en historias que siempre giran en torno a pistolas y burdeles.

Peores maneras de morir es la novela 11 de Méndez.