Todas las otras noches

El tema de la novela es interesante (historia de amor y espías, judíos, guerra de secesión americana), el estilo funciona bien en todos los frentes (narración, diálogos, monólogos) y lo extraliterario es atractivo (tercera novela de éxito, como las dos primeras, escritora joven promesa según Granta, tradición judía americana de largos e intensos conflictos familiares), pero todo junto no impide que esto sea una novela aburrida. Tras el clímax narrativo que se alcanza al final de la cuarta parte (cuando queda aún más de medio libro), la historia no se recupera, divagando episódicamente en nuevos frentes.

Lo que parecía una indagación sobre las causas solapadas de nuestros actos (¿sirvo a mi nación, o a mi familia, o a mi corazón, o a mi cabeza, o a mi conciencia?), y una defensa de la tesis de cómo los grandes acontecimientos dependen al final de pequeños intereses individuales, se diluye al final en una especie de carrera de obstáculos donde hay misiones, persecuciones y sacrificios de los que el lector se desinteresa aburrido demasiado pronto. A pesar de todo, Horn (New Yersey, 1977) tiene talento como para no descartar un vistazo a sus primeros libros, y que invita a mantener su nombre en la memoria.

Hautzig

En realidad no me ha decepcionado este libro porque hace ya muchos sobre esta cuestión en los que leo siempre lo mismo.

Ahora los judíos deportados terminan en Siberia. Es un relato positivo de coraje, capacidad de aguante ya adaptación. Y poco más que decir. Es difícil añadir nada nuevo a lo mucho que se ha dicho sobre la locura nazi.

La realidad fue que Hautzig sale pronto del confinamiento y viven cinco años en un pueblo, hasta el final de la 2ª GM. El cole, sus lecturas, su primer amor. Parece una historia de aventuras o un relato de iniciación más que una visita al infierno.

Creo que hay otros relatos biográficos de ese ambiente más dramáticos e impresionantes que este.

Beethoven

Este año he oído bastante a Beethoven, todo lo importante, y me ha llegado más que en otros acercamientos. Me resulta difícil compaginar su música con llevar a cabo paralelamente otras actividades (como no sea conducir). Me gusta, mucho incluso.

Emil Ludwig tiene una pequeña biografía sobre él que he leído estos días. El conjunto resulta el retrato de un hombre desgraciado, de una vida dramática. Pobreza, fracasos amorosos, feo, descuidado, taciturno, indomable, irritable. Por supuesto luchador y genial. Ludwig se implica a fondo en los personajes que retrata (como Zweig) y esto no es en absoluto una cronología de hechos.

Beethoven vivía para su talento y la belleza, y todo lo demás estaba en otro plano.

Anoto una frase de una de sus cartas: «El hombre prudente basa su alegría en sus propios dolores». Me parece un buen resumen de su personalidad.