Relatos de Hawthorne

HAWTHORNE_WakefieldLeo por fin Wakefield, el célebre cuento de Hawthorne, el del tipo que abandona su hogar y tarda veinte años en volver, tiempo durante el cual sigue espiando qué ocurre en su casa. Un tipo indolente y nada sospechoso que comete la extravagancia marital más famosa de la literatura. Es más interesante el planteamiento que el desarrollo.

Me han gustado casi más otros incluidos en esta edición de La Biblioteca de Babel (Colección de lecturas fantásticas dirigida por Borges).

En El gran rostro de piedra se habla de una profecía que anuncia la personificación futura del Gran Rostro de Piedra que está formado en una montaña. El final se intuía fácilmente desde el principio pero la historia es bonita.

El velo negro del pastor es un relato misterioso y sorprendente. Inquietante e inolvidable.

Hawthorne escribe estas historias con un toque legendario, imperecedero, de cuento clásico. Hay un claro elemento religioso-puritano que inunda todas las alegorías. Son fantasías utópicas y descaradamente moralistas que conservan aún hoy un cierto encanto.

Yalom. Un año con Schopenhauer

Shopenhauer - YalomEl día que Nietzsche lloró me pareció una buena novela. Ahora encuentro esta sobre Shopenhauer. La otra era una reconstrucción novelada de la vida del filósofo y ésta es una exposición del pensamiento de S intercalada en una historia actual que cuenta el desarrollo de un grupo de terapia. El grupo lo forman varios personajes y conocemos todas sus historias. Gente rara y poco atractiva en general. Por medio, varios capítulos escuetos no novelados contando la vida de S.

Todo el libro es una excusa para hablar de S. Se podría haber abreviado sin merma la abundante paja. Pasa por ser un pensador con rasgos de genialidad y con una prosa estupenda. Era un gran misántropo y un pesimista implacable.

Todos los hombres quieren llegar a una edad avanzada… ese momento de la vida del cual podría decirse: Hoy es un mal día, y cada día será peor, hasta que ocurra lo peor de todo.

La mitad de la sabiduría del mundo se resume en el adagio: ‘No cedas jamás ni al amor ni al odio’; la otra mitad es no decir nada ni creer en nada.

Como en todas partes, también cosas aprovechables:

Desear lo menos posible y saber tanto como pueda.

En el árbol del silencio hay que buscar los frutos de la paz.

Puedo soportar la idea de que, dentro de poco tiempo, los gusanos habrán comido mi cuerpo, pero la idea de que los profesores de filosofía mordisqueen mi filosofía me da escalofríos.

Tomás Segovia. El tiempo en los brazos I

SEGOVIA_Tiempo_ITomás Segovia (1927-2011) es un poeta valenciano que vivió gran parte de su vida exiliado en México. Pre-Textos ha publicado en dos tomos (1950-1983 y 1984-2005) las notas que iba tomando en sucesivos cuadernos a lo largo de su vida. Están editadas por el autor, con supresiones e iniciales en el lugar de muchos nombres.

Ni son propiamente diario íntimo ni testimonio de época, aunque a veces algo de eso hay. Predomina lo reflexivo, el ensayo breve. Segovia es sobre todo un pensador al que gusta ejercitar su inteligencia con una pluma entre las manos.

Habla mucho de arte y poesía, de Dios y de los demás, del silencio y la soledad. Poemas, prosas, aforismos, epigramas, ensayos, lecturas, películas, retratos y comentarios. Sus escritores admirados (JRJ, Camus, Mann, Valéry) y los denigrados.

Frecuentemente encabalga reflexiones sobre lo que le preocupa en el momento: la esperanza, la libertad, la pereza, el sacrificio, la botánica o la obediencia. No suele ser muy benévolo en sus juicios hacia los demás y cansa un poco el tono de queja permanente (sobre todo por la falta de tiempo para escribir).

Una inteligencia superior, sin duda, y desde muy joven. Un grueso volumen con muchas cosas interesantes pero que me ha costado algunas semanas digerir. Ahora no tengo prisa por buscar el segundo.