Desempolvando un comentario sobre el genial libro de Pombo, me encuentro algunas reseñas de esos tiempos, hace quince años. Como los libros siguen siendo igual de buenos, y puede que alguien no los haya leído, les copio lo que escribí en su día sobre Los restos del día, de Kazuo Ishiguro.
Sin duda alguna, la mejor no escrita originalmente en castellano que he leído este año. Relato profundo que anima a pensar, sin pan y sin circo, en la línea de Pálida luz en las colinas y Un artista en el mundo flotante, también publicadas en España en Anagrama.