Janne Teller (Dinamarca, 1963) quiso escribir una novela para adolescentes y se metió en la cabeza de Pierre Anthon, un joven de catorce años que cree que nada tiene sentido. Si después no hay nada, concluye, todo es fingimiento, apariencias y convenciones, ¿para qué preocuparse u ocuparse de cualquier cosa entonces? Sus desmoralizados compañeros de curso deciden demostrarle que se equivoca y durante meses reúnen lo que denominan «un montón de significado»: cada uno pide a otro que entregue lo que considera que le importa más, en una escalada de apuestas cada vez más altas. Como en El señor de las moscas, la cosa termina en tragedia.
Agnes narra todo sucedido ocho años después y recuerda cómo estuvieron dispuestos a poner precio a cosas que representaban valores esenciales como la propia dignidad, la patria, la inocencia o la fe. Cada joven se ve enfrentado a valorar sus intereses (el apego a la propiedad, el respeto a la muerte, la virginidad o el precio de una vida) en un drama moral con terribles consecuencias. Una imagen sagrada, de un modo aparentemente casual, es tratada de una forma particularmente irreverente.