Tengo dos amigos que adoran a Muñoz Rojas. Pero a mi no me gusta la poesía ni especialmente el campo, así que llevo varios años evitándole. Al final me decido a sacar Las cosas del campo y me temo lo peor, una especie de Platero y yo en versión de Bienmesabe antequerano (para los que no lo conozcan, un postre muy, muy, empalagoso). Pero no, me ha gustado. Son breves prosas (poéticas, pero prosas) que recorren un año en el campo. Personas, oficios y naturaleza. Mucho amor por la tierra. “Sólo volviendo a ella encontrarán los hombres lo mejor de ellos mismos”. Yo no tengo esa experiencia ni la comparto, pero la respeto.
Y sobre todo lo que respeto son sus imágenes y sus adjetivos: los troncos cenizosos de la higuera, ascuas fresquísimas (el granado), un candelabro de flores (el manzano) o la encina, enmelada, como llovida de belleza. No tengo ni idea de qué son la mayoría de instrumentos y plantas que describe, pero qué más da. Las 50 estampas componen un libro estupendo y me apresuro a anotar los nombres de sus cuatro libros de memorias. El entusiasmo no me llega para apuntar también los de poesía.
Pues creo que ni me sonaba el nombre. Investigaré antes de decidirme que suelo recelar de las historias muy de campo… me dan «miedo»
Besos