Una recomendación que pillo un poco por lo pelos y que resulta ser buena.
En un campamento infantil el protagonista aprendió este lema: “Sé paciente y resiste: algún día este dolor te será útil”.
Y le va a hacer falta. NY, verano 2003. James Sveck, narrador, adolescente inteligente y precoz, trabaja en la galería de arte de su madre, y está a punto de ir a la universidad. No le gustan mucho los demás (especialmente los de su edad) y necesita soledad. No le interesan la política ni la religión ni, quizás, las mujeres.
En su entorno todo es bastante raro: su madre acaba de romper, en la luna de miel, con el tercer marido, su hermana universitaria está liada con un profesor casado y mayor que ella, el padre es abogado de éxito y pasa bastante de todo y el encargado de la galería dedica su tiempo a chatear en internet buscando hombres con los que relacionarse.
James lleva a cabo una sarcástica y divertida mirada sobre su confusa vida, sobre cómo su desestructurada familia y su psiquiatra tratan en vano de ayudarle, y sobre cómo intenta, torpemente, aclararse y salir de su aislamiento.
Ese verano aprenderá cosas, como que “el gusto por el arte es fácil, lo difícil es que te guste la vida”, o como que “no puedes huir siempre de lo que no te gusta”.
El sarcasmo es elegante, se limita a describir comportamientos absurdos sin criticarlos. Este tono es para mi lo mejor del libro. La novela empieza muy bien, luego se atasca un poco y termina con la revelación de autoconocimiento final que cabía esperar.
TRABAJO BRILLANTE. UNO DE LOS MAS LIBRO NUNCA!
Excelente libro. A mi me gusto mucho.