American noir de referencia

«-¿Es que en este mundo las cosas no cambian nunca? -No te lo tomes tan a pecho. Algunos mueren, los demás envejecemos, llega gente nueva, los antiguos se marchan… -Pero apenas se nota. -Eso, sí.»

Este diálogo entre el fiscal y el policía pone punto final a esta estupenda novela. Hasta llegar a esa conclusión que mezcla deportividad y resignada aceptación, los delincuentes han hecho lo que saben hacer, con lealtad, siempre que era posible; el tío Sam ha ido poniendo zancadillas a unos y otros, consciente de que todo no se puede controlar. Coyle no es un chivato pero tiene que dar algo a cambio si no quiere volver a la cárcel, y puede que no baste con un traficante de armas de poca monta. Los atracadores de bancos son una preocupación más en un Boston de los setenta donde la mafia y los Panteras negras acaparan toda la atención de las fuerzas del orden.

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Pueden seguir leyendo la reseña completa en Aceprensa. El acceso es libre. 

Las alas del dinosaurio

Helland y Freeman son famosos biólogos de nivel internacional que defienden posturas científicas opuestas acerca del origen de las aves. Anna es bióloga y en pocos días defenderá su tesina, dirigida por Helland. De repente éste aparece muerto en su despacho, y enseguida se descubre que no de modo natural. Soren se hace cargo de la investigación y comienza a buscar aliados en un ambiente, el científico, que le resulta por completo desconocido.

La escritora se demora en las vidas de todos los personajes, muy vivos y bien retratados, y quedan sobre la mesa antiguos secretos, difíciles infancias y traumáticas relaciones padre-hijo, tumultuosas relaciones amorosas y la descripción de ambientes alternativos (como el gótico). Ella misma es doctora en biología y conoce bien el entorno científico, lleno de pasión profesional y también de envidias, vanidades y rencores. La trama criminal sólo cobra fuerza en el tercio final de la novela, cuando aparece también muerto un compañero de Anna.

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Pueden leer la reseña completa en Aceprensa. El acceso es libre.

Dahl. El que siembra sangre

Misterioso no estuvo mal. Ahora se publica la segunda de la serie, de 1998 en realidad. Se me ha hecho muy pesada y la he terminado en diagonal. Un asesino en serie americano vuela a Suecia y el Grupo A (Paul Hjelm más cinco polis más) se pone en alerta máxima. Hay mucho de la vida personal de los componentes del grupo, abundantes reflexiones sociológicas sobre Suecia, detalladas descripciones de lugares e interminables conversaciones e interrogatorios. Todo esto ralentiza mucho la marcha de la novela.

Al final: una historia de psicópata con ingredientes de venganzas familiares, toques políticos y algunos militares ultrapatrióticos enamorados de las armas y la tortura. El modus operandi del serial killer es especialmente morboso y macabro. Abundan los tacos y las expresiones vulgares.

Me esperaba más, porque la primera apuntaba maneras. Lo positivo, una pista menos que seguir.